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El Papa lava los pies a doce presos en una cárcel romana

El rito del lavatorio de pies de este Jueves Santo se ha celebrado en una cárcel romana.

El rito del lavatorio de pies de este Jueves Santo se ha celebrado en una cárcel romana.
Lavatorio de pies en la prisión romana | EFE

El Papa ha subrayado durante la homilía improvisada de la misa in Coena Domini que ha celebrado en la cárcel romana de Rebibbia que "Jesús se hizo esclavo para curarnos".

"Jesús nos amó, nos ama, sin límites, siempre. El amor de Jesús no tiene límites, no se cansa de amar, nos ama a todos", ha subrayado en el centro penitenciario en el que hay 2.100 detenidos, de los cuales 350 son mujeres.

Así, ha explicado que Jesus dio la vida por todas las personas, "con nombre y apellido" al tiempo que ha referido que "su amor es así, personal". "El amor de Jesús no nos defrauda nunca", ha clamado.

Al lavar los pies a 12 reclusos, 6 hombres y 6 mujeres -entre los que había dos nigerianas, una congoleña, una ecuatoriana, un brasileño y un nigeriano-, el Papa ha reflexionado sobre lo que significa que Cristo haya lavado los pies a los discípulos.

"En aquel tiempo era habitual esto porque la gente cuando llegaba a una casa tenía los pies sucios del polvo del camino. No había 'sanpietrini' en aquella época, el polvo del camino. Y a la entrada de la casa, se lavaban los pies. Pero esto no lo hacía el dueño de la casa, lo hacían los esclavos. Era trabajo de esclavos. Y Jesús lava como esclavo nuestros pies, los pies de los discípulos", ha precisado.

En esta línea, ha indicado a los presos que "cuando Jesús lava los pies, nos lava todo, nos purifica, nos hace sentir otra vez su amor".

"Yo lavaré hoy los pies de doce de vosotros. Pero, en estos hermanos y hermanas, estáis todos vosotros, todos, todos, todos los que viven aquí. Vosotros les representáis. Pero yo también necesito ser lavado por el Señor. Por esto, rezad durante esta misa, para que el Señor también lave mis suciedades, para que yo me convierta en más esclavo vuestro, más esclavo en el servicio de la gente, como ha sido Jesús", ha expresado.

No es la primera vez que el Pontífice celebra la santa misa en una cárcel. Poco después de su elección, en 2013, visitó la prisión para menores de Casal del Marmo, en la periferia de Roma, cuando lavó los pies a una joven árabe.

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