Dos terroristas islamistas han asaltado este martes una iglesia de Saint Etienne du Rouvray, junto a Ruán, en Normandía (Francia). Fuerzas especiales de la Policía gala han abatido a los dos individuos, que llegaron a tomar cinco rehenes. Uno de ellos, un sacerdote, ha sido asesinado y otro está "entre la vida y la muerte", según un portavoz de Interior.
Los hombres, armados con cuchillos, entraron en la iglesia por la puerta trasera durante la eucaristía, cerraron las puertas y secuestraron a cinco personas: un sacerdote, dos religiosas y dos fieles. Otra monja habría conseguido escapar y dar la voz de la alarma. En torno a las 11:00 horas, la Policía abatió a los dos secuestradores, que habían salido al atrio de la iglesia.
Desde la localidad donde ha ocurrido el atentado, François Hollande ha confirmado que se trata de un atentado islamista. Según ha dicho, los dos hombres "dijeron ser de Estado Islámico".
Además, el presidente ha trasladado que ha podido hablar con los supervivientes del secuestro que le han expresado "el dolor y la pena" por la tragedia vivida. Hollande ha destacado que "nos enfrentamos a una amenaza muy elevada", y más, "después de todo lo que hemos vivido".
François Hollande ha dejado claro que "estamos enfrentados" al Estado Islámico que "nos ha declarado la guerra" y ha prometido plantarles cara "con todos los medios disponibles respetando el derecho". También ha añadido que los terroristas "buscan dividirnos".
Finalmente, ha dicho que "después de hoy, de la muerte de este cura, quiero expresar todo mi apoyo a los católicos de Francia". "Mañana recibiré a los representantes de todas las religiones. Han golpeado hoy a los católicos, pero nos han atacado a todos los franceses".
La agencia de noticias Amaq, vinculada a Estado Islámico, ha identificado a los dos terroristas como "dos soldados de Estado Islámico", según el portal de seguimiento de información yihadista SITE. El grupo ya utilizó esta misma fórmula para atribuirse el atentado de Niza el 14 de julio.
La víctima, un sacerdote de 84 años
Fuentes eclesiásticas francesas han confirmado que la víctima mortal es el sacerdote, que fue degollado, según fuentes policiales citadas por Reuters. En un comunicado, el arzobispo de Ruán, monseñor Dominique Lebrun, ha identificado al fallecido como "el padre Jacques Hamel, de 84 años", párroco auxiliar de la iglesia.
El padre Auguste Moanda-Phuati, a cargo de la parroquia atacada, ha explicado a Libération que iba a retomar su tarea esta misma tarde tras regresar de vacaciones y que el cura asesinado le sustituía en sus funciones. "No podía imaginarme que nos ocurriera algo así", ha afirmado, asegurando que en sus cinco años al frente de la parroquia nunca había "recibido amenazas".
El padre Hamel estaba jubilado desde hacía diez años, pero había decidido permanecer en la parroquia, de la que había estado anteriormente al frente. "Su deseo era seguir al servicio de la Iglesia", ha explicado el padre Moande-Phuati, que ha descrito al fallecido como "una persona cálida, simple y que vivía modestamente", "muy apreciado" por los feligreses.
En declaraciones a BFMTV, el portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet, ha indicado que se ha registrado la iglesia en busca de posibles artefactos explosivos. La investigación ha sido asumida por la Fiscalía Antiterrorista de París.
Nombreux tirs entendus sur places prise otage saint etienne du Rouvray pic.twitter.com/FsqAKAaj2C
— frederic veille (@fredveille) July 26, 2016
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, ha condenado este "ataque bárbaro". "Toda Francia y todos los católicos están afectados. Haremos bloque", ha escrito Valls en la red social Twitter.
Horreur face à l'attaque barbare d'une église de Seine-Maritime. La France entière et tous les catholiques sont meurtris. Nous ferons bloc.
— Manuel Valls (@manuelvalls) July 26, 2016
Por su parte, el papa Francisco ha expresado "dolor" y "horror" por la "absurda violencia" tras el crimen. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, ha emitido un comunicado en el que expresa el inmenso "dolor y preocupación" de la Santa Sede por lo acaecido en Ruán.