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Macron contra Le Pen: siete días para la segunda vuelta y no todo está decidido

Macron cuenta con una importante ventaja, pero la tendencia en las encuestas va en su contra y la última semana puede ser decisiva.

Macron cuenta con una importante ventaja, pero la tendencia en las encuestas va en su contra y la última semana puede ser decisiva.
Carteles electorales de Macron y Le Pen | Archivo

La campaña electoral para la segunda vuelta de las elecciones francesas llega al ecuador. Tras una primera no exenta de cierta incertidumbre y alguna que otra decepción notoria entre los candidatos que no han pasado el primer corte, la semana restante hasta que los franceses se encuentren en las urnas promete ser agitada. Al apoyo al centrista Emmanuel Macron sin condiciones por parte del socialista Benoit Hamon y el amparo resignado del conservador François Fillon se une una suerte de equidistancia y silencio del candidato de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon.

Jean-Luc Mélenchon, como decíamos, prefiere no posicionarse "para no provocar la desunión y el sentimiento de haber tirado el voto en la primera vuelta", según sus propias palabras. El Mélenchon que saliera a la calle en el año 2002 a gritar a viva voz que era necesario votar contra Jean Marie Le Pen, por aquel entonces candidato a la segunda vuelta de las presidenciales, parece no tenerlo tan claro en esta ocasión.

Marine Le Pen y la búsqueda de alianzas

El Frente Nacional y su candidata Marine Le Pen parecen tener claro qué deben hacer para dar un vuelco a las encuestas. A la renuncia de Le Pen a la presidencia del partido para desligarse del prejuicio que podrían tener algunos votantes por la formación de extrema derecha se une la alianza con el gaulista Nicolas Dupont-Aignan o el intento de seducción al votante de Jean-Luc Mélenchon.

La primera estrategia, desligarse del partido, le ha salido regular. El primer candidato a sustituir a Le Pen era Jean-François Jalkh, que ante las acusaciones de ser un negacionista del Holocausto y las presiones derivadas de ello ha terminado renunciando a hacerse con las riendas de la formación. Quien sí ha aceptado ponerse al frente, el alcalde del Frente Nacional en la ciudad francesa de Henin-Beaumont, se encuentra a la espera de juicio por un presunto delito de incitación al odio por motivos raciales.

El resto de estrategias sí parecen salir algo mejor paradas. Primero, intentar convencer a los votantes de Mélenchon con un vídeo electoral y con distintas comparaciones que circulan estos días por la red que pretendían recalcar que las ideas del Frente Nacional y del candidato 'insumiso' no distan tanto como parece. Segundo, el acuerdo con el candidato de Debout la France (Francia en pie), Nicolas Dupont-Aignan, a quien ha prometido el cargo de Primer Ministro si le apoyaba de cara a la segunda vuelta. Este movimiento ha provocado la renuncia del vicepresidente de la citada plataforma, que el pasado domingo obtenía un nada desdeñable 3,7% que podría dar aire a la candidatura de Le Pen.

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Emmanuel Macron y el intento de un frente amplio

Emmanuel Macron, por su parte, pretende formar una unión entre franceses lo más amplia posible. Su apuesta clara para lo que resta de campaña es intentar batallar en aquellos lugares en los que el Frente Nacional ganó el pasado domingo para conseguir una base electoral amplia y transversal.

Quien obtuviera un 24% de los votos el día 23 parece no confiarse demasiado. Al mitin en la ciudad norteña de Arras tras su paso por Whirlpool y a su homenaje a los asesinados por los nazis en la Francia ocupada de la IIGM se suman actos de campaña en una barriada del norte de París. Con todo ello, con actos tan dispares, Macron espera hacerse con un voto heterogéneo que le permita hacerse con la presidencia el próximo día 7.

El enfrentamiento de Whirlpool

El cierre de una fábrica de lavadoras en el norte del país con destino Polonia, un cierre que pudiere parecer uno de tantos en Francia, ha pasado de lo anecdótico a representar la campaña de ambos candidatos al Elíseo. Si Macron se reunió con el comité sindical de los trabajadores primero y luego se dedicó a responder preguntas de los mismos después, Marine Le Pen se presentó de improvisto entre los obreros para darles su apoyo.

Además de la captación de votos, el caso de Whirlpool representa de manera tangible los procederes y la batalla de ideas de ambos candidatos. Si Le Pen cargaba contra la apertura de fronteras y dejaba caer una posible nacionalización de la fábrica para mantener los empleos, Macron optaba por lo contrario: defender la globalización (que permite que muchas empresas exportadoras generen empleo, según sus propias palabras) y reducir las cargas fiscales y las cotizaciones sociales para hacer más competitivo el sector industrial francés.

Qué dicen los números

Las encuestas parecen tenerlo claro: Emmanuel Macron ganaría el próximo domingo con un 59% de los votos, mientras que Le Pen se quedaría con el 41% restante -datos de BVA para l’Express-.

Si bien la victoria de Macron parece holgada, la tendencia de los últimos días debería preocuparle y mucho, ya que está perdiendo entre un 4% y un 6% de voto desde la primera vuelta, según la encuesta que tomemos de referencia. Tanto para Ifop-Fiducial, para Paris Match, como para Opinionway-Orpi para Les Echos, Macron baja hasta un redondo 60%.

La participación ronda el 75% de los votantes inscritos, según la cadena BFMTV, lo que restaría tres puntos la participación de la segunda vuelta con respecto a la primera. El número de indecisos baja del 30% de la primera vuelta al 20% de la segunda.

Mención especial para los votantes del resto de candidatos. Un 31% y un 51% de los votantes de François Fillon y Jean-Luc Mélenchon, respectivamente, optarían por Macron, y el número de votantes socialistas que depositarían la papeleta por el exministro el domingo sube hasta el 80%. En sentido inverso, un 33% de los votantes de Fillon y un 19% de los de Mélenchon preferirían votar a Le Pen. Nota aparte merece la abstención entre los votantes de Mélenchon, que hasta en un 40% de los casos optarían por no decantarse por ninguno de los dos candidatos.

Con todo esto, con las distintas estrategias de los candidatos y el baile de números que nos espera hasta que abran los colegios, la holgada victoria de Macron no parece del todo hecha, y puede que cada voto cuente.

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