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Las armas robadas en Portugal podrían utilizarse para atentar

La Embajada estadounidense en Lisboa ha elevado el nivel de alerta al menos hasta el próximo 4 de Julio.

La Embajada estadounidense en Lisboa ha elevado el nivel de alerta al menos hasta el próximo 4 de Julio.
Lanzagranadas XM320 | Wikimedia Commons

El material militar robado en el Polvorín Nacional de Tancos el pasado miércoles, es mucho mayor de lo que reconoció en un primer momento el Ejército portugués, ya que además de la munición de 9 milímetros y las granadas de mano, también han sido sustraídos varios lanzagranadas anticarro, granadas de gas lacrimógeno, explosivos y material de zapadores tales como cable y detonadores, ha explicado el Ejército.

El Ejército ha explicado que una vez terminado el inventario del material que aún queda en el polvorín, ahora se conocen las "cantidades exactas" robadas, aunque no han querido revelar las cifras "para no perjudicar a la investigación en curso", informa la prensa lusa.

Según la emisora Rádio Renascença igualmente han sido robados 44 lanzagranadas, 120 granadas y 1.500 balas. En consecuencia, informan medios lusos, la Embajada estadounidense en Lisboa ha elevado el nivel de alerta al menos hasta el próximo 4 de Julio, fiesta nacional norteamericana.

Además, el Ejército ha confirmado que el sistema de vigilancia se encontraba inoperativo en "la zona donde estaban los materiales más relevantes" y ha anunciado un refuerzo de las medidas de seguridad en todos los arsenales militares.

A nivel político, el conservador Partido Social Demócrata (PSD), en la oposición, ha anunciado su intención de convocar al Parlamento al ministro de Defensa, Azeredo Lopes, y al jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Rovisco Duarte, para que respondan a puerta cerrada por este robo.

La investigación se centra ahora en la posibilidad de que este material haya sido robado para ser utilizado con fines terroristas. "La pista del terrorismo es la más creíble", ha apuntado el general Raul Cunha en declaraciones al diario portugués 'Público'.

Cunha, en la reserva tras seis misiones internacionales, argumenta esta tesis en el tipo de material robado y cree que se trata de un robo "por encargo". "Ha sido pensado hasta el último detalle, estudiado concienzudamente y ejecutado por alguien que sabía lo que buscaba", ha señalado.

"Conozco bien esa instalación y sé que es extremadamente difícil acceder y transportar esa cantidad de material. Ha sido bien planeado", ha asegurado, ha advertido de que los ladrones debían conocer las rutinas de las rondas de vigilancia.

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