No hay duda de que negociar con terroristas obliga a estar doblemente atentos. El caso de las FARC parece bastante claro. En las últimas dos semanas, los terroristas han intentado mostrar una cara favorable al llamado proceso de paz anunciado por el propio presidente Juan Manuel Santos. Sin embargo, parece ser que no olvidan su lado más violento y sanguinario.
Buena prueba de eso es el atentado que las FARC han perpetrado en el oeste de Colombia contra una comisaría de la Policía. Resultado del mismo murió asesinado un agente –identificado como Jhon Jairo Muñoz Gómez– y otros dos resultaron heridos. Según el comandante de la Policía del departamento del Cauca, el coronel Ricardo Augusto Alarcón, los artefactos explosivos fueron colocados por los terroristas del Frente 60 de las FARC en una casa contigua a la comisaría del corregimiento de El Mango, ubicado en el municipio de Argelia
Se trata del segundo atentado en este municipio en apenas tres días. El pasado viernes, la explosión de un artefacto mató al subteniente Jonathan Alexander Uribe Rodríguez, de 27 años. Alarcón declaró que "no nos habíamos repuesto del asesinato del subteniente Uribe, comandante de la institución en Argelia, cuando los terroristas (aparecieron) en El Mango, disparando con armas automáticas y lanzando cilindros contra el personal que defendía su comando".