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Maduro y su golpe "camuflado" a la prensa

La escasez en Venezuela también llega a la prensa. En pocas semanas podría acabarse el papel debido al retraso en una aprobación del Gobierno.

Los diarios venezolanos corren un grave peligro: quedarse sin papel por un retraso en un procedimiento que debe realizar el gobierno. Los colaboradores de Nicolás Maduro ya han pedido que la situación no se use con fines políticos, aunque muchos creen que se trata de un golpe "camuflado" a la prensa, en especial contra los diarios opositores.

La amenaza es clara: la imposibilidad de imprimir diarios por un retraso en la aprobación oficial de divisas para pagar las importaciones. El presidente y editor del diario El Nacional, Miguel Henrique Otero, señaló que sus reservas durarán menos de un mes pero subrayó que la situación no es reciente: "A partir de mayo del año pasado se paralizó el otorgamiento de divisas. Hemos logrado subsistir con el stock que teníamos, pero ya no nos queda sino un mes. Es una situación crítica, hemos tenido que recortar suplementos, paginación, y esto está ocurriendo en todos los periódicos del país".

Además, Otero apuntó que "ningún periódico tiene papel suficiente" y de hecho esto ya ha perjudicado a varios medios de prensa. Entre los que se han visto afectados, llegando incluso a suspender su circulación, están El Sol de Maturín, del estado de Monagas, Antorcha de Anzoátegui, El Caribazo, La Hora y El Caribe, según la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

En declaraciones a Globovisión, Carlos Eduardo Carmona, director de El Impulso, el diario decano de Venezuela con más de 100 años de existencia, señaló que casi 300 trabajadores se verían afectados ante su cierre técnico: "Nos encontramos en una situación penosa. El 29 de septiembre del año pasado anunciamos la reducción de 4 a 2 cuerpos, para ahorrar el poco papel que nos quedaba". El propio periódico denunció que durante 2013 no se le asignó "ni un solo dólar" para importar papel.

En Venezuela rige desde 2003 un control estatal de cambio que impide la libre compraventa de divisas, administradas de manera exclusiva por la estatal Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), que las vende de manera condicionada, en montos limitados y tras engorrosos trámites.

Para los propietarios de diarios, se trata de una estrategia del gobierno para silenciar a la prensa independiente y crítica con el chavismo. El presidente de El Nacional cree que el tema de las divisas es sólo parte del problema ya que "ellos no creen en la prensa. Es una cosa contra los periódicos. En un mes más van a empezar a paralizarse los periódicos".

Como era de esperar, el Gobierno lo niega. Tania Díaz, diputada chavista y vicepresidenta de la comisión parlamentaria de Medios de Comunicación, señaló que "de parte del Gobierno nacional no ha habido ningún trato discriminatorio ni ninguna intención de limitar la libertad de expresión por la compra de papel".

Para Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público, dedicada a la defensa de periodistas y libertad de expresión, lo que ocurre tiene "una connotación de naturaleza política" por ese "desinterés" del gobierno a llegar a un acuerdo. Esto, agregó, ha puesto a muchos diarios, muchos de ellos críticos con Maduro, es una situación "muy grave".

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