Durante los cuatro años de su primer gobierno, el presidente colombiano Juan Manuel Santos dedicó buena parte de sus esfuerzos a avanzar en el proceso de paz con los terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En este segundo gobierno, cuya toma de posesión se realizará el próximo 7 de agosto, el presidente seguirá su camino en esa misma dirección.
Este mismo domingo, día en que instaló el nuevo Congreso colombiano, el presidente pidió a los colombianos tomar como ejemplo la unión demostrada a favor de la selección de fútbol en el pasado Mundial de Brasil y hacer lo mismo a favor de la paz y para lograr el final del terrorismo en Colombia: "Lo que logró la selección de Colombia en este torneo fue mucho más que tener al goleador del Mundial, llegar a cuartos de final y ganar el trofeo del juego limpio. Lo que logró la Selección fue recordarnos y hacernos vivir la fe en nosotros que habíamos perdido hace tanto tiempo". Agregó que "ahí vimos al pueblo que somos: talentoso, trabajador, disciplinado, alegre, creativo y emprendedor. Un pueblo que puede ser respetado y admirado por el mundo. Un pueblo que, 'jugando limpio', adoptando una cultura de la legalidad y de respeto a las instituciones, puede llegar a donde quiera".
Por eso, para Santos "este será, no les quepa duda, el Congreso de la paz", y afirmó que "el nuevo Congreso, eso esperamos, tendrá en sus manos la enorme responsabilidad de apoyar la implementación de los acuerdos y de legislar para una nueva nación: la nación del posconflicto".
Estas palabras del colombiano provocaron que muchos de los senadores presentes en el acto se pusieran de pie para aplaudir al mandatario, aunque también fue notorio que Álvaro Uribe, su exaliado y uno de sus principales opositores, y los representantes del Centro Democrático permanecieron en sus asientos. Santos dijo que gobernará para todos los colombianos, incluidos quienes no votaron por él, en clara alusión a Uribe y el resto de la oposición.
Otro de los puntos importantes que señaló Santos fue su intención de eliminar la figura de la reelección presidencial y extender el periodo del mandatario al frente del país durante 5 ó 6 años, contra los cuatro actuales. Esta idea la mencionó pocos días después de lograr su reelección en la segunda vuelta electoral del pasado 15 de junio.