Con el 71,7% del total de circuitos escrutados, Tabaré Vázquez, que ya fue el presidente uruguayo entre 2005 y 2010 y que jurará al cargo el 1 de marzo de 2015, sumaba 851.294 votos (cerca de un 53%) por los 683.689 (en torno a un 42%) del aspirante del Partido Nacional (o Blanco), Luis Lacalle Pou, de acuerdo a las cifras de la Corte Electoral.
Según los sondeos a pie de urna, el candidato socialista, que se presenta por la coalición oficialista Frente Amplio, reúne entre el 53,3 y el 53,9% de apoyos y el aspirante nacionalista entre el 40,6 y el 41,4%.
El próximo 1 de marzo, el socialista Vázquez, oncólogo de profesión y de 74 años de edad, recibirá la banda presidencial de manos del actual mandatario, José Mujica, quien, por impedimento constitucional, no pudo presentarse a la reelección.
Tras confirmarse su victoria, Vázquez, se comprometió a trabajar "al máximo" de sus capacidades contando "con todos los uruguayos" para que lo acompañen en lograr un país "que puede mejorar más". "Están convocados todos al dialogo, que queremos sea sin prejuicios pero con lealtad, productivo, que arribe a decisiones concretas y sustentables y que sin ignorar a nadie y abarcando a todos refleje a la mayoría, porque esto es el alma de la democracia", afirmó.
"El Uruguay de hoy no es el del 2005 ni el del 2010, no es perfecto ni lo será, pero es cada día mejor y puede mejorar más", señaló en conferencia de prensa. Además, apuntó que "no se trata de perseguir quimeras, sino de mirar de frente a la realidad y a partir de ella fijar objetivos ambiciosos pero alcanzables".
Vázquez atribuyó este "pronunciamiento soberano" a la "credibilidad" del Frente Amplio, de sus propuestas y acciones y a la "convicción y tenacidad" de todos sus militantes en todo el territorio nacional, porque "más allá de las candidaturas partidarias hoy ganó el Uruguay", destacó. En este sentido, llamó al diálogo y acuerdo entre todos los sectores y en todos los ámbitos de la sociedad a partir de los próximos días, en los que se iniciarán las tareas de transición entre el Gobierno saliente y el entrante.