El asesinato de Luis Manuel Díaz, un líder regional del partido opositor Acción Democrática (AD), se ha convertido en la noticia más trágica de esta campaña para las elecciones legislativas de Venezuela del próximo 6 de diciembre. Sin embargo, se trata de un nuevo capítulo de ataques que ha sufrido la oposición en estas últimas semanas.
Estas violentas agresiones contra miembros opositores, representantes de la Mesa de la Unidad Democrática, han sido dirigidas por las fuerzas de choque chavistas –también conocidos como colectivos o "motorizados"– contra opositores de todo tipo, llegando incluso a los más representativos. Hace dos semanas, Henrique Capriles denunció que un grupo de adeptos al oficialismo "llegaron a plomo limpio" y lanzaron "unos 20 o 25 disparos" para impedir su acto con la comunidad.
Pero no ha sido el único ya que Lilian Tintori, esposa del líder opositor Leopoldo López, informó a través de las redes sociales de que a su llegada al estado de Cojedes, ella y su equipo se vieron "rodeados de colectivos" que los tuvieron "completamente bloqueados con motos y camiones en actitud amenazante". Además, contó que los "colectivos" llevaban "martillos en las manos" y "apuntaron con pistolas a miembros de nuestro equipo y siguen amedrentando".
Estas actuaciones no son aisladas. Ya el año pasado, estas fuerzas de choque hicieron su aparición en las marchas opositoras. Llegaron para sembrar caos y muerte. Estos violentos sucesos fueron utilizados por el chavismo para procesar y encarcelar a López. Ahora esta participación se ha repetido en las últimas semanas y parece parte de una estrategia del chavismo que ve con mucho nerviosismo que las encuestas muestran una fuerte debilidad de sus candidatos. Es por esa razón que sus principales representantes han mantenido constantes amenazas contra la oposición y los ciudadanos en caso no tengan éxito el 6D. Parece ser que muchos miembros de esas fuerzas de choque han comenzado a actuar.
El primero que lanzó esas amenazas fue el propio Nicolás Maduro. El líder chavista dijo que "si se diera la hipótesis negada, trasmutada, rechazada y sepultada" de una derrota electoral, "yo estoy cerebralmente, espiritualmente, políticamente, militarmente preparado para asumirla". Además apuntó que ante esa hipotética situación se "lanzaría a las calles" ya que "somos un bloque compacto de revolucionarios, de revolucionarias, patriotas, chavistas, bolivarianos. Somos una fuerza histórica". Ya antes había dicho que "Venezuela entraría en una de las más turbias y conmovedoras etapas de su vida política y nosotros defenderíamos la revolución, no entregaríamos la revolución y la revolución pasaría a una nueva etapa".
Como era de esperar, a esta primera amenaza directa, le siguieron otros chavitas que se caracterizan por discursos violentos. Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional quien desde la sede del legislativo también ha acosado a la oposición, confirmó que el régimen no se quedaría tranquilo en caso de una derrota: "Si no tenemos mayoría en la Asamblea seguramente aquí va a haber un conflicto de poderes, porque el presidente Nicolás Maduro no se va a dejar, estoy seguro".