"Finalmente", dijo el papa Francisco cuando se encontró y abrazó con el patriarca ruso en la pequeña sala del aeropuerto en la que habían colocado las dos banderas del Vaticano y Rusia y un crucifijo.
Francisco llegaba desde Roma e hizo escala en la isla caribeña para poder encontrarse con Kiril, que se encuentra en Cuba para una visita a Latinoamérica. "Ha sido un encuentro muy querido tanto por mí como por mi hermano Cirilo (Kiril)", aseguró el papa a los periodistas que le acompañan en el vuelo que le llevará a Ciudad de México.
Sentados en unas sillas blancas y con los intérpretes al lado, Francisco y Kiril comenzaron a dialogar ante los fotógrafos y cámaras, al inicio sin la ayuda de la traducción. Según se pudo escuchar en algunos momentos, ambos se llamaban "hermanos". También se pudo oír cómo el papa le dijo a Kiril, que "era claro que (el encuentro) era la voluntad de Dios", mientras que al patriarca ruso se le escuchó decir que "ahora las cosas eran más fáciles".
Después los periodistas salieron de la sala para que ambos se reunieran de manera privada. Los temas de la reunión ya los adelantó el metropolita Hilarion cuando explicó que "la situación actual en Medio Oriente, África del Norte, África Central y otras regiones en que los extremistas están llevando a cabo un verdadero genocidio de cristianos requiere medidas urgentes de cooperación entre las Iglesias".