Envuelta en una bandera de Cuba y de madera de cedro, la urna con las cenizas del sátrapa Fidel Castro, que reposaba en la sede del Ministerio de las Fuerzas Armadas, salió a primera hora de la mañana en manos de dos soldados. En una breve ceremonia militar, estos colocaron la urna en el remolque decorado con flores blancas para iniciar su viaje a Santiago.
Fue un acto al que asistió el presidente Raúl Castro, miembros de la alta dirección del Gobierno y del gobernante Partido Comunista, así como la esposa del fallecido líder cubano, Dalia del Soto, y algunos de sus hijos, Alex y Tony. El ministro de las Fuerzas Armadas, el general Leopoldo Cintra Frías, y el primer viceministro, el también general Ramón Espinosa, iban a bordo del primer vehículo del cortejo fúnebre.
De aquí al sábado, sus cenizas recorrerán trece de las quince provincias de la isla. La primera parada será en Santa Clara, donde la caravana descansará para continuar el jueves el recorrido. El sábado por la tarde, está previsto otro acto en Santiago, tras lo cual, las cenizas serán depositadas a primera hora del domingo 4 de diciembre en el cementerio de Santa Ifigenia, donde descansan personalidades como José Martí.