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La Justicia venezolana, al servicio de la Constituyente chavista

El presidente del Tribunal Supremo de Justicia se presentó ante la ilegal Constituyente para "subordinarse" tras ser ratificado en el cargo.

El presidente del Tribunal Supremo de Justicia se presentó ante la ilegal Constituyente para "subordinarse" tras ser ratificado en el cargo.
Maikel Moreno, presidente del Tribunal Supremo de Justicia. | Cordon Press

La Justicia venezolana se puso este martes al servicio de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), integrada únicamente por chavistas, a la que pidió que establezca penas de más de 50 años de cárcel para quienes incurran en delitos como "traición a la patria" o robo.

El presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, compareció ante los más de 500 constituyentes reunidos en Caracas para "subordinarse" ante el órgano, que lo ratificó en el cargo, así como al resto de magistrados, algunos tachados de ilegítimos por el Parlamento, de mayoría opositora.

"Las penas de los delitos graves que más daño le hacen a la sociedad venezolana nos parece que no corresponden a la magnitud del daño causado, como es el delito de homicidio, secuestro, traición a la patria, terrorismo y el delito de robo en cualquiera de sus modalidades", dijo. A su juicio, quienes cometan tales faltas "deben cumplir más de 50 años, todo lo cual requiere que se revise el tope constitucional de 30 años previsto en nuestra Constitución".

El titular del Poder Judicial también remarcó que la corrupción administrativa "merece el castigo severo de la ley" para impedir que los "enemigos de la patria se enriquezcan de manera desmedida y luego quieran legitimar sus capitales en otros países". "Por eso creo pertinente que revisemos con realidad el incremento de las penas en los delitos de corrupción y un sistema anticorrupción que bien podría ser manejado por el Seniat (Hacienda) para hacerse de los bienes y los recursos provenientes de la corrupción administrativa", expuso.

Solicitó además calificar "el delito de intolerancia ciudadana o delito de odio" como una falta penal y revisar, asimismo, la efectividad de las leyes vigentes, los cuerpos policiales y los sistemas de investigaciones penales. El juez Moreno, cercano al Gobierno de Nicolás Maduro, agregó que el Supremo está dispuesto a colaborar con la Constituyente "para una revisión exhaustiva del sistema judicial".

En medio de esta sesión, la presidenta de la ilegal cámara, la excanciller Delcy Rodríguez, anunció que por indicación del jefe de Estado se devolverá a la justicia ordinaria los casos de cientos de civiles detenidos durante las protestas que fueron llevados ante tribunales militares. La política chavista indicó que estos expedientes serán revisados por una poderosa Comisión de la Verdad -también dirigida por ella-, que celebrará el miércoles su primera sesión de trabajo para empezar a juzgar a los presuntos responsables de la "violencia política" en el país. Todas estas acciones y decisiones permitirán, según dijo la exministra de Exteriores, la "revolución del Poder Judicial, poder enfrentar en una segunda etapa de la revolución bolivariana lo que tiene que ver con la justicia".

Por otro lado, el Parlamento acordó citar al fiscal general, Tarek William Saab, para que declare sobre el informe de la ONU en el que se acusa a las autoridades venezolanas de maltrato sistemático y generalizado a miles de manifestantes y de detenciones arbitrarias en los últimos meses. La Cámara, que no precisó para cuándo fue citado Saab, también acordó transcribir el debate que se realizó sobre el informe de la ONU para que sea añadido a la documentación presentada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas.

La diputada y presidenta de la Comisión Política Interior del Parlamento, Delsa Solórzano, fue la encargada de abrir el debate y presentar varios casos, "que son ejemplo de la violación a derechos humanos", vinculados a las manifestaciones antigubernamentales que se iniciaron el pasado 1 de abril.

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