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Zuma: poligamia y remedios caseros contra el sida en Sudáfrica

El presidente sudafricano, abucheado en el funeral de Mandela, es una de las figuras más polémicas de la actualidad.

El presidente sudafricano, abucheado en el funeral de Mandela, es una de las figuras más polémicas de la actualidad.
Zuma, junto a sus tres mujeres. | Archivo

Los abucheos contra Jacob Zuma han vuelto a poner en el foco los múltiples escándalos de corrupción del presidente sudafricano. El hastío con el líder del partido de Nelson Madela, el Congreso Nacional Africano, se hizo evidente en su funeral, donde miles de sudafricanos le recibieron con silbidos a la entrada en el estadio.

Y es que Jacob Gedleyihlekisa Zuma es uno de los personajes más polémicos y delirantes que ostenta la presidencia de un país en la actualidad. Y no sólo porque acumule más de setecientos cargos por corrupción, que también, sino porque Zuma, durante los cuatro años que lleva al mando de Sudáfrica, ha proporcionado escándalos y desmanes para avergonzar a todo el continente.

Este zulú formado militarmente en la Unión Soviética llegó al poder cantando el himno de guerra Umshini wami (Tráeme mi metralleta), y vestido con los hábitos tradicionales de la etnia. Durante toda la campaña electoral de 2009 el actual presidente alternó los mítines en traje y corbata con los actos en los que bailaba frenético en poblados zulús ataviado con taparrabos de leopardo.

Zuma, en 2009

Zuma practica y predica las bondades de la poligamia. Según sus asesores, es una costumbre cimentada sobre el hecho de que los hombres negros son "más fuertes que los blancos". Aunque el estado sudafricano le sufraga los 1,5 millones de euros que cuesta mantener a sus tres esposas y más de veinte hijos, no es suficiente. El presidente fue juzgado por violar a la hija de un correligionario. "La falda que llevaba me dejó claras sus intenciones", dijo en el surrealista juicio que se celebró, y en el que se descubrió que la joven tenía sida, como otros 5,7 millones de seropositivos de Sudáfrica.

El presidente del país dijo entonces que las relaciones habían sido consentidas y que él no se había contagiado de la enfermedad, porque después se dio una ducha. Fue absuelto por un motivo de peso: "¿Cómo iba a violarla en su casa, arriesgándose a ser sorprendido, con su hija en el piso de abajo y la propiedad rodeada de policías?", adujo el tribunal.

Las asociaciones de lucha contra el Sida denuncian constantemente el profundo impacto negativo que tiene la actitud de Zuma en toda la población. "Hay algunas personas que podrían argumentar que la vida sexual de Jacob Zuma es un asunto de moralidad privada o cultura, pero no lo es. Su comportamiento personal tiene profundas consecuencias públicas", asegura el partido opositor. No en vano, Zuma dirigió durante años el Consejo Nacional del Sida y el Movimiento de la Regeneración Moral.

Además, presume habitualmente de su homofobia. El presidente disfruta relatando cómo de joven "tumbó" a varios homosexuales (ungqingili, en zulú).

Matar a los boérs

Otra de las polémicas habituales, alentada por Zuma es la del himno oficial que escogió en su campaña, "Kill the Boer" (Matar al bóer). El presidente la canta cada vez que tiene ocasión, a pesar de ser un llamamiento a la violencia contra la población blanca del país.

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