Las felicitaciones navideñas son en ocasiones espacio para curiosos deslices, algunos errores y no pocas polémicas. La de la misión diplomática de la Autoridad Nacional Palestina es, sin duda, una de ellas, después de que en ella se refieran a Jesucristo como "el Nazareno Palestino", tal y como se puede ver en el blog del portavoz de la embajada de Israel, Lior Haiat, que se hace eco del asunto.
Se da la circunstancia de que los creyentes musulmanes veneran la figura de Jesucristo como uno de los más destacados profetas anteriores a Mahoma, e incluso afirman la virginidad de María, así que tiene cierta lógica que el representante de la ANP felicite la Navidad y reivindique la figura de Jesús.
Lo que no la tiene, por supuesto, es que se defina a Jesucristo, como el "Nazareno Palestino" y no la tiene por una sencilla razón: el nombre "Palestina" no se usa hasta más de un siglo después: en el año 135 Roma da a toda la región el nombre de Provincia Syria-Palaestina, precisamente para borrar todo rastro de presencia hebrea en la que antes era llamada Judea.
Es decir, que Jesucristo fue, por supuesto, judío porque sus mayores, su cultura y sus creencias lo eran y, si esto no fuese suficiente, porque nació en Judea, no en Palestina, un aspecto que la nota del representante palestino obvia. Como también "olvida" la existencia de Israel al reclamar "que la Paz Justa reine en Palestina, Tierra Santa, cuna de Nuestro Señor Jesucristo".
Desligar Tierra Santa de Israel es un asunto complicado, como lo es afirmar sin más que Palestina es la "cuna" de Jesucristo al mismo tiempo que le llamas "Nazareno": Belén sí está en Cisjordania en lo que hoy en día es territorio de la ANP, mientras que Nazaret es una ciudad más del distrito norte de Israel.