La Liga Árabe celebró este domingo una reunión extraordinaria para estudiar la mejor manera de persuadir a la oposición siria para que acuda a Ginebra 2. Tal y como ha afirmado el secretario general de la Liga Árabe, Nabil Elarabi, tratan de animar a la oposición siria para que se sume al encuentro al que incluso Damasco ya ha anunciado que asistirá.
"Se ha pedido a los ministros (de Exteriores de los países miembro) que entreguen todo el apoyo a la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS) para conseguir que participe en la cumbre", ha dicho, en un discurso emitido por la televisión estatal egipcia y recogido por el diario Al-Ahram.
La oposición exige la salida de Al Asad
Este mismo domingo, el líder de la coalición opositora, Ahmed Jarba, ha expresado su negativa a acudir a las negociaciones de paz auspiciadas por Estados Unidos y Rusia a menos que haya un calendario claro para la salida del poder del presidente sirio, Bashar al Asad.
"Hemos decidido no participar en las conversaciones de Ginebra a menos que sea con dignidad y a menos que haya una transición de poder exitosa con un calendario específico", ha afirmado. Asimismo, ha rechazado la presencia de Irán, uno de los principales aliados de Al Asad, en la conferencia porque "el ocupante, Irán, (no puede estar) en la mesa de negociación".
Hasta ahora el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, ha defendido la necesidad de que tanto el Gobierno como la oposición acudan a Ginebra sin condiciones previas e incluso ha defendido la presencia de Irán.
Estados Unidos ha manifestado su disposición a la participación de Irán, siempre y cuando suscriba una declaración de 2012 en la que se defiende la instauración de una administración provisional para gobernar el país. Los principales aliados árabes de Washington en la región, en cambio, recelan de la influencia de Irán.
La fecha de celebración de Ginebra 2 estaba fijada para el 23 de noviembre, pero diversas personalidades han manifestado ya su escepticismo respecto a la posibilidad de cumplir con este plazo, por lo que es más que probable que sufra un nuevo retraso. Inicialmente se propuso agosto de 2013 como fecha de celebración de la reunión.