El ministro de Derechos Humanos del Gobierno iraquí en Bagdag, Mohamed Shia all Sudani, ha confirmado que el Estado Islámico (EI) ha matado a 500 personas –muchas de ellas mujeres y niños- de la minoría Yazidí en el norte de Irak.
El relato de los hechos que ha llegado a los medios es estremecedor: los muertos se contarían por centenares y estarían llenando fosas comunes, pero también habría casos de personas que estarían siendo enterradas vivas en estas fosas. Además, y siempre según las mismas fuentes, los terroristas del EI habrían secuestrado y esclavizado a unas 300 mujeres.
Los yazidíes, un grupo de etnia kurda pero que no comparten la fe musulmana, son una minoría de las que había amenazado el EI en el norte de Irak. De hecho, se cree que la mayoría de los miles de civiles sitiados en el monte Sinyar -20.000 según algunas fuentes, 5.000 según otras- pertenecían a esta minoría.
Los kurdos rompen el cerco
La buena noticia es que estos civiles habrían logrado escapar del cerco de los yihadistas del EI, donde estaban en situación desesperada por falta de agua y comida a pesar de los envíos por aire de EEUU.
Una fuente del Gobierno municipal de Sinyar explicó a Efe que los yazidíes consiguieron llegar a zonas del Kurdistán iraquí y de la cercana Siria, gracias a la ayuda militar de las fuerzas kurdas, que a su vez se han visto apoyadas por los primeros bombardeos de EEUU contra posiciones del EI, gracias a los cuales han logrado abrir una carretera por la que han podido huir los civiles.
Esta misma fuente confirmó también que los terroristas del EI han ejecutado en los últimos días a cientos de yazidíes por rechazar convertirse al islam, si bien no pudo precisar el número exacto.