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EEUU se cobra la cabeza de Maliki a cambio de bombardear al Estado Islámico

Según muchos analistas, los bombardeos de EEUU en Irak ya se han cobrado una víctima, aunque sea política: Maliki cederá la jefatura del Gobierno.

Según muchos analistas, los bombardeos de EEUU en Irak ya se han cobrado una víctima, aunque sea política: Maliki cederá la jefatura del Gobierno.
Nuri Al Maliki y Barack Obama reunidos en Washington este sábado en una imagen de archivo | EFE

El presidente de Irak, el kurdo Fuad Masum, ha encomendado a Haidar al Abadi, uno de los principales políticos chiís del país, que forme un nuevo gobierno. El asunto sería normal, sobre todo teniendo en cuenta que hubo elecciones legislativas hace meses, sin embargo hay un pequeño detalle que hace todo un poco más complicado: Al Abadi no lideraba el partido más votado en esas elecciones.

El ganador, si bien que con un estrecho margen y con serias sospechas sobre la limpieza del proceso, fue el partido al que pertenece Al Abadi, pero que en realidad lidera el todavía primer ministro de Irak, Nuri al Maliki.

Sin embargo, Al Maliki –que habría afrontado así su tercer mandato- se ha visto desplazado en un movimiento del que se duda incluso que sea acorde con la propia Constitución de Irak, tal y como el propio Maliki ha asegurado y Estados Unidos se ha apresurado a negar.

Lo cierto es que el polémico no a Maliki surge por varias razones: en un país en el que el equilibrio entre las distintas comunidades es esencial era acusado de ejercer el poder de forma autoritaria y, además, a pesar de liderar la mayor fuerza chií en el país, todos los demás grupo étnicos y religiosos lo rechazaban señalándolo como un hombre con el que no se podía llegar a acuerdos.

De hecho, tras el resultado electoral que le dejaba muy lejos de la mayoría, Maliki no había logrado formar un gobierno en más de tres meses y esa parálisis, ese vacío de poder, es una de las razones que Obama ha esgrimido en sus comparecencias como causante de la actual situación en Irak.

Un "paso prometedor"

No es de extrañar por tanto que el presidente estadounidense haya celebrado como un "paso prometedor" la designación de Haidar al Abadi. Algo que tal y como informa Efe hacía mientras se efectuaban nuevos ataques aéreos sobre posiciones del Estado Islámico (EI) en el norte de Irak.

Hasta tal punto llega la confianza de Obama en este nuevo gobierno aun por llegar que lo juzga más importante que la campaña militar: "La única solución duradera consiste en que los iraquíes se unan y formen un Gobierno incluyente. Y hoy Irak dio un prometedor paso adelante en ese esfuerzo crucial con la designación de Haidar al Abadi", afirmó desde la exclusiva isla de Martha's Vineyard (Massachusetts), donde se encuentra de vacaciones.

"No hay una solución militar estadounidense a la crisis", e insistió en que los "exitosos" ataques aéreos llevados a cabo por Estados Unidos sobre posiciones de EI desde el jueves tienen carácter "limitado" a pesar de comprometerse al mismo tiempo a que no será una campaña breve.

La palabras de Obama, la coincidencia en el tiempo con los bombardeos estadounidenses y la situación de emergencia que ha provocado la irrupción militar en medio país del EI, llevan a pensar que la cabeza de Maliki ha sido el precio que se ha cobrado el americano por volver allí a donde dijo una y mil veces que EEUU debía retirarse.

No obstante, esa insistencia en la necesidad de un gobierno de unidad en Irak puede deberse también a que, tal y como apuntaba el analista Florentino Portero en esRadio, el presidente americano no tiene una verdadera estrategia a largo plazo para el país.

¿Quién es Al Abadi?

El que será nuevo primer ministro -hay que recordar que por el momento y hasta que Abadi forme gobierno Al Maliki sigue siéndolo- es un hombre muy respetado en Irak, que se ganó un gran prestigio entre los aliados de la II Guerra del Golfo, ya que su nombre siempre ha figurado como referente de la reconstrucción de Irak.

Tanto es así que, tal y como informa Efe, en 2010 su nombre llegó a barajarse como posible sucesor de Al Maliki, aunque en noviembre de ese año el acuerdo entre las alianzas políticas permitió la reelección de éste como jefe del Gobierno.

Pero tres años más tarde Al Abadi recobró notoriedad de nuevo ante el fracaso del Ejecutivo de Al Maliki, muy criticado por suníes y chiíes, especialmente por la escalada de violencia que ha vivido el país desde entonces.

En la oposición a Sadam

Al Abadi nació en 1952 en Bagdad, hijo de un prestigioso médico y alto funcionario del Ministerio de Sanidad, jubilado en 1979 junto a otros 41 colegas por el régimen del fallecido dictador iraquí Sadam Husein, al no ser "leales" a su Gobierno.

Militante en el partido chií Al Daua desde mediados de los años sesenta, pasó a ocupar cargos de responsabilidad en esa formación política a finales de los setenta. En 1979 tuvo que exiliarse en Londres y desde allí vio como en 1980, el régimen encarceló a dos de sus hermanos y dos años después los ejecutó por pertenecer a este partido. En 1981 el régimen detuvo a un tercer hermano y lo mantuvo preso durante diez años. Al Abadi no pudo volver a Irak hasta la caída del dictador en 2003.

Ministro de Telecomunicaciones

A su llegada al país y aún bajo la Autoridad Provisional de la ocupación de EEUU, fue designado ministro de Telecomunicaciones, donde destacó en la restauración del funcionamiento del servicio telefónico fijo en un tiempo récord, e inauguró la primera red de móviles y de internet. Asimismo, elaboró un plan para rehabilitar y desarrollar las infraestructuras de la telecomunicaciones a corto y largo plazo.

Dos años después, el entonces primer ministro iraquí, Ibrahim al Yaafari le nombró consejero de su gabinete, cargo en el que estuvo hasta el año 2006, y en el que fue además coordinador general de la ciudad de Tel Afar, en la septentrional provincia de Nínive. En ese último puesto, logró liberar esa zona del control de Al Qaeda, en lo que fue considerado como uno de los más destacados éxitos del Gobierno de entonces.

Entre 2006 y 2010, fue diputado por el partido Al Daua, en representación de Bagdad en el primer Parlamento constitucional, donde fue jefe de la Comisión de Reconstrucción, Economía e Inversión. Gracias a su trabajo en ese comité se legisló la ley de inversiones y rehabilitación de las compañías del sector público.

Otro dato importante de su carrera -y que da una idea de su perfil como negociador- es que presidía la comisión de Finanzas desde 2011, en la que supervisó la elaboración del presupuesto de tres años, pese a las fuertes discrepancias entre las diferentes coaliciones políticas.

Tras ser nombrado vicepresidente primero del Parlamento surgido de las urnas en las elecciones del pasado abril, le corresponde ahora dirigir un país con profundas divisiones internas y con una amenaza yihadista en el norte que amenaza con desintegrar Irak.

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