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'L.A. Noire', una maravilla técnica demasiado sencilla

Estamos ante la mejor unión entre videojuegos y cine junto a Heavy rain. Sin embargo, LA Noire es más convencional en el desarrollo.

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Podríamos definirlo como película o serie interactiva... Pero realmente ese término le va mucho más a Heavy Rain. Pese a su envoltorio peliculero y sus interrogatorios, LA Noire es un videojuego al uso, convencional en muchos aspectos y transgresor en otros, cuya mecánica puede dominar a los diez minutos hasta el más torpe y en el que es imposible quedarse atascado. Artística y técnicamente brillante, nos atrevemos a definirlo como un juego casual. Eso sí, el mejor que se ha hecho.

Lo mejor

  • Todo lo que da forma a la ambientación (apartado visual, música, guión...) es una maravilla.
  • Las expresiones faciales.
  • Cualquiera, sea cual sea su habilidad, puede coger el mando y avanzar y avanzar hasta el culpable.

Lo peor

  • Tanto el control como el desarrollo son tan sencillos e invariables que avanza independientemente de la pericia del jugador. Lo que a priori es una virtud, a la larga le pasa factura y deja el interés por el juego en manos de la historia y de sus exquisitos detalles.

En ocasiones he leído definiciones de juego casual, de los que tanto se ha hablado estos últimos años, que hacen referencia a tres características: propuesta sencilla, diversión directa y partida corta. Por esa definición entiendo arcade, amplio estilo de juego o concepto que vio nacer esta industria.

Además de esos rasgos, un arcade también incluye un aprendizaje por parte del usuario, de las rutinas y las mecánicas, para no perder vidas de forma endiablada. Es decir, aunque es sencillo en un principio, hay una curva que obliga al jugador a ir mejorando.

Metal Slug u Out Run son ejemplos de esta mecánica. Son sencillos, son arcade, pero no son 'casuales'. En una primera partida te divertirás y cogerás la mecánica, sí; pero tendrás que dedicar unas cuantas horas para dominarlo, no perder vidas de forma alocada o llegar al siguiente checkpoint. En definitiva, invitan a la autosuperación. En los videojuegos es fundamental y eso es lo que mantiene el interés en muchas ocasiones.

Por un juego casual entiendo otra cosa; entiendo una propuesta accesible, sí, pero que además prescinde de la curva de aprendizaje, que limita las posibilidades para poner a todos, jugadores expertos y novatos, al mismo nivel.

Como ejemplo, si coges el truco a Wii Sports en los primeros 10 minutos, ya eres bueno; y seguramente serás igual de bueno dentro de 100 partidos. Por eso tu amigo el que no tiene consola podrá coger el mando y, con un poco de suerte, ganarte. Y aquí ha radicado el gran éxito de estos juegos, ya que han potenciado el social game y los juegos de aprendizaje –en este caso, no enseña una mecánica, sino un contenido–.

Empecé a abrazar esta definición de juego casual hace ya bastante tiempo, conversando a propósito del catálogo de Kinect con Kudo Tsunoda, quien era de la misma opinión.

Pues bien, me he encontrado con que el esperadísimo LA Noire responde a la perfección, en todos sus apartados, a esta definición de casual game: cualquiera podrá jugar, coger la mecánica en los primeros compases, avanzar sin quedarse estancado y no morir. Porque es tan sencillo que todo avanza sin ser un reto para el jugador (a diferencia de aventuras gráficas o sandbox).

Sin embargo, la última obra de Rockstar marca un antes y un después en este tipo de concepto de juego. Lo que debe quedar claro es que según esta idea, un casual game no tiene por qué ser simple técnicamente o con un argumento poco profundo. Y aquí es donde LA Noire marca las diferencias.

No hay caso sin culpable

LA Noire es un thriller de investigación policíaca ambientado en Los Ángeles en los años 40 que narra la historia del agente Cole Phelps, un auténtico sabueso al que no se le escapa ni una pista. A sus mandos vamos ascendiendo por diferentes departamentos de LAPD, a medida que resolvemos casos.

En este sentido, con una ambientación y puesta en escena propias del cine negro, recuerda a la estructura de los episodios de CSI, popular y repetitiva serie donde las haya: cada caso empieza con una secuencia de asesinato en la escena del crimen, a la que después se desplazan los agentes, recogen pruebas, hablan con los sospechosos y descubren al culpable.

El juego de Rockstar ofrece toda una ciudad, Los Ángeles, para que el jugador se mueva en coche con libertad si lo desea mientras va de un destino a otro. Otorga un realismo al paquete impagable y digno de aplauso, pues desde un punto de vista de desarrollo resulta del todo innecesaria esa premisa sandbox que en realidad no es tal.

Al llegar a la escena del crimen, el desarrollo consiste en buscar objetos como en una sencilla aventura gráfica, lo que nos lleva a los interrogatorios. Con las pruebas recogidas, debemos hablar con los sospechosos y decidir si mienten o dicen la verdad, apoyándonos también en las increíbles expresiones faciales. Dependiendo de las preguntas acertadas se abren unos caminos u otros en la investigación.

Pistas infalibles

La realidad de LA Noire, que será problema para el jugador más experto y virtud para el más novato, es que llevemos como llevemos los interrogatorios e investiguemos poco o mucho, siempre llegamos a la resolución del crimen. De hecho, los interrogatorios son el único reto del juego pero aunque seamos un zoquete al que todos se la cuelan, resolveremos el caso.

En este sentido, Heavy Rain acertaba más a la hora de condicionar la historia en función de la jugabilidad. La obra de Quantic Dream tenía cuatro protagonistas y podían morir los cuatro, dos o ninguno; dependía del jugador. Eso confería un control sobre la trama tal que hacía que el desarrollo fuera pura implicación.

El conjunto del desarrollo de LA Noire lo completan los tiroteos, las peleas y las persecuciones, que recuerdan a The Getaway y tienen menos peso en el juego. Eso sí, morir en estos momentos es también poco menos que imposible.

Así es como el componente de autosuperación se diluye y lo acerca al concepto de juego casual. Sin embargo, a diferencia de los party games que han sobrecargado este concepto de juego, en LA Noire la fuerza de empuje no es la interacción social sino el argumento, la brillantez técnica, la madurez y el crudo acercamiento a la violencia (habréis visto muchos cadáveres en un juego pero nunca como cuando examinéis uno en este).

Conclusión

LA Noire aleja bastante al jugador y casi lo convierte en espectador de un desarrollo un tanto repetitivo; rasgo por el cual recuerda a una serie de episodios autoconclusivos como CSI. Se puede disfrutar en pequeñas dosis, jugar dos casos, descansar, retomarlo a la semana, jugar otros tres... Y saborear sus geniales gráficos, su inteligente música, sus diálogos o su atmósfera; escudriñar cada escena del crimen y cada expresión de los mejores gestos faciales que hemos visto. LA Noire es un juego diferente, repleto de pequeños matices, que todo, todo jugador debe –y gracias a su asequible desarrollo, puede– probar.

Notas
Gráficos Rockstar ha creado un mundo abierto cuando era del todo prescindible. Además, con muchos detalles y animaciones. Las expresiones faciales son de otro mundo. 9,2
Sonido La BSO imprime acción y ayuda a descubrir pistas. El doblaje en inglés es excelente pero desvía la atención de quienes no lo hablen para ver las expresiones faciales. 8,5
Diversión Por poco que haga el jugador, siempre consigue avanzar, por lo que es fácil sentirse espectador y que decaiga la diversión. Es algo que hay que asumir antes de sentarse a disfrutar de la experiencia única creada por Rockstar. 8,5
Total Quizá junto a Heavy rain estemos ante la mejor unión entre videojuegos y cine. Sin embargo, exceptuando los interrogatorios, LA Noire es más convencional en el desarrollo. No divertirá a todos pero probarlo es imprescindible. 9

 

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