'Dungeon Siege III', uno de rol bien hecho pero demasiado corto

Ha sido una espera larga pero por fin podemos disfrutar de una tercera parte, que en esta ocasión corre a cargo de Obsidian y llega además de a los ordenadores a PlayStation 3 y Xbox 360.

Lo mejor:

• La ambientación y el diseño de los escenarios son soberbios.
• La experiencia multijugador añade bastante diversión.

Lo peor

• La falta de rejugabilidad una vez hemos acabado la historia principal.
• Algunas misiones son un poco tediosas.

La historia se sitúa 150 años después de los hechos acontecidos en el primer Dungeon Siege. Tras muchos años de paz gracias a la décima Legión, Jeyne Kassynder pretende acabar con la armonía en el reino de Ehb y vengar la muerte de su padre, asesinado por la Legión. Una historia arquetípica, sin sobresaltos pero que cumple para guiar el desarrollo del juego.

Dicha historia está protagonizada por el personaje que el usuario decida elegir: Lucas, un caballero cuyo punto fuerte es el combate cuerpo a cuerpo; Anjali, una ánima que combina la magia con la lucha; Reinhart, el mago y Katarina, una bruja amante de las armas de fuego.

Cada uno de ellos con un estilo de combate diferente que decide la estrategia en el campo de batalla. Al principio el usuario solo contará con el personaje que elige, pero según avanza, el resto se van uniendo al grupo, aunque sólo se puede ir con dos protagonistas al mismo tiempo.

Un juego de acción

Como no podía ser de otra forma, los combates tienen un protagonismo indiscutible. La mecánica de estos es bastante sencilla y hace que cualquier jugador, experto o no, pueda iniciarse y empezar a luchar contra los primeros enemigos.

Cada personaje cuenta con dos estilos de combates intercambiables en cada momento. Por ejemplo Lucas puede elegir entre luchar con dos espadas o una y escudo, mientras que Katarina tiene un mosquetón para distancias largas y un par de pistolas para las cortas. Cada estilo de combate además tiene sus propias habilidades.

Según se avanza en la historia, se obtienen nuevas habilidades que enriquecen más los combates y añaden un poco de profundidad. Algo que es más apreciable cuando el usuario cuenta con un compañero más o cuando se juega con otro amigo en el modo multijugador.

Cada vez que se derrota a un enemigo, se pueden obtener objetos y equipamientos que son únicos para cada personaje. Además, la variedad de efectos que producen es bastante grande, algo especialmente útil a la hora de elegir las armas que se usan.

A pesar de esto los combates acaban siendo un poco planos. Si bien es cierto que el sistema está bien realizado, se echa en falta un poco más de profundidad y de variedad de habilidades y estrategias. Al final los combates se reducen a atacar, rodar para alejarse, curar las heridas y volver a atacar.

Más allá de los combates, la historia se articula en diferentes misiones principales que según avanza el juego se vuelven un poco tediosas: ir a tal punto, recoger tal objeto o matar a determinado enemigo. Se echa en falta un poco más de variedad en el planteamiento.

Además de éstas misiones los usuarios se encontrarán con encargos secundarios que aumentan la duración del juego y no adolecen tanto de la falta de variedad. En general se trata de tareas sencillas ideales para conseguir mejores objetos y obtener experiencia para subir de nivel, algo muy útil para aquellos que jueguen en el nivel más alto de dificultad.

Sólo o con amigos

Aunque al principio el modo de juego es individual, Dungeon Siege III ofrece la posibilidad de jugar con amigos de forma local o bien a través de internet, pero sólo con los contactos registrados del usuario, por lo que no hay forma de conectarse a un servidor y poder luchar con otros usuarios desconocidos.

La experiencia multijugador es en líneas generales buena y añade un plus de diversión bastante importante. El problema de este modo está precisamente en esa falta de poder jugar por internet y unirse a partidas con gente de cualquier punto del mundo.

Dungeon Siege III cuenta con bastantes virtudes que en muchos casos se ven emborronadas por dos defectos. Por un lado la curva de dificultad que hace que jugar en el nivel más difícil sea prácticamente imposible salvo que se juegue con algún amigo.

Por otra parte, una vez hemos terminado la historia principal no hay ningún aliciente para volver a jugar: no se pueden completar las misiones secundarias y no existen fases posteriores a la trama. El único elemento que anima a la rejugabilidad son los trofeos o logros, que para conseguirlos obligan a volver a jugar la historia principal varias veces.

Apartado técnico

Ya en su día Dungeon Siege contaba con un aparatado técnico bastante bueno y esta tercera entrega no es una excepción. No se trata de un juego puntero, pero la ambientación está muy bien realizada, algo que se ve reforzado por la estupenda dirección de arte en el diseño de los escenarios. En el modelaje de los personajes, las expresiones faciales son un poco apáticas.

La música por su parte cumple a la perfección su cometido y sin tener una presencia excesiva ambienta muy bien los diferentes escenarios y situaciones. El doblaje por su parte, en inglés, está bien caracterizado aunque los personajes no es que rebosen de carisma precisamente.

Conclusión

Dungeon Siege III es un título interesante y que merece la pena si somos conscientes de que, una vez nos hemos pasado la historia principal, que dura aproximadamente diez horas, no hay mucho más que hacer salvo los logros o trofeos de marras. La experiencia de un solo jugador es aceptable y en multijugador con amigos es bastante divertido.

Dungeon Siege III ya está a la venta para PC, PlayStation 3 y Xbox 360 (versión analizada) a un precio de 59,95 euros con una calificación para mayores de 16 años, según el código PEGI.