Apple es una marca comercial como cualquier otra. Tiene un buen número de batacazos técnicos y comerciales como cualquier otra marca. Ha hecho, hace y hará lo posible y lo imposible por ocultar esos batacazos, como toda marca que se precie, pese a que esa memoria molesta que es Internet está a disposición de quien quiera buscar y ver los fracasos, errores y batacazos de Apple. Como todas las marcas comerciales.
En sus productos hay de todo: muy buenos, muy malos, muy comerciales y muy poco comerciales. Pero en lo que son unos maestros es en saber venderse. Si mañana pusieran a la venta la MacNeveraPolar, ya habría cola de esquimales e la tienda MacInnuit para conseguir la anhelada nevera, un producto exclusivo para personas diferentes. Aplican los principios fundamentales de captación de adeptos de las sectas a su marca comercial. Muchas lo han intentado, lo intentan y lo intentarán, pero sólo unas pocas lo consiguen. Apple es uno de los paradigmas de marca comercial que vende individualidad. Y sus clientes, tan individuos, personales e irrepetibles, jamás reconocerán que pertenecen a un inmenso rebaño formado por acusadas e irrepetibles individualidades que, eso si, son sumisos creyentes con una fe inquebrantable en su Dios Manzana Mordida.
Por supuesto, nunca lo recnoceràn, porque son individuos muy individuales que deben seguir consumiendo manzanas mordidas para seguir siendo individuos individuales y de paso dar el sustento a su super exclusivo Dios.
Si al final los ateos van a tener razón en alguna cosa.
Apple es un valor seguro. Nunca defrauda. De ninguna otra empresa en el mundo se puede decir lo mismo.