Netflix retrasa su llegada a España por su caída en bolsa

Este verano se supo que Netflix planeaba aterrizar en España en enero de 2012 con un catálogo inicial de 3.500 películas para su servicio de streaming. Al igual que hace Spotify con la música, la compañía cobra una cuota fija mensual de entre 8 y 10 dólares al mes y permite a sus clientes ver el contenido que quieran sin descargarlo a su ordenador.

Sin embargo, desde verano no ha hecho más que caer en bolsa. La principal razón ha sido la pérdida de 800.000 suscriptores cuando en los últimos dos años habían subido a razón de un millón el trimestre. Netflix decidió separar su tradicional servicio de alquiler mediante envío de DVD por correo del streaming. Quien quisiera mantener los dos, que antes se ofrecían juntos, se veía obligado a pagar un 60% más que antes. Más tarde anunció que separaría su compañía en dos, y el negocio de alquiler de DVD pasaría a llamarse Qwikster, aunque pronto se echaría atrás.

El problema para Netflix es que su catálogo online es notablemente inferior al físico, debido a las reticencias de la industria, y parte de sus clientes preferían tener el servicio conjunto para poder tener el DVD si la película que querían ver no estaba disponible online.

La decisión de mantener su expansión a Irlanda y Reino Unido y ralentizar la del resto de Europa tendría como objetivo calmar a los inversores, que además de estar nerviosos por la errática política de los últimos meses no parecían complacidos por los costes que Netflix debía afrontar para llegar a más países. Así que nos tocará esperar, quién sabe si eternamente.