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40 años del primer microprocesador

El 15 de noviembre de 1971 Intel lanzó el primer microprocesador, un paso que acabaría llevando los ordenadores a los hogares pocos años después.

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El 15 de noviembre de 1971 Intel lanzó el primer microprocesador, un paso que acabaría llevando los ordenadores a los hogares pocos años después.

Intel había sido fundada hacía poco, de modo que aceptaron un encargo que no atraía mucho a sus fundadores. El fabricante japonés de calculadoras Busicom les pidió que diseñaran los chips necesarios para hacer funcionar una docena de nuevos modelos de calculadora que querían sacar al mercado. Pero estudiando el encargo, Intel llegó a la conclusión de que nunca recuperarían el coste de diseñar unos procesadores tan específicos.

Ted Hoff, el ingeniero encargado del proyecto, pensó que sería mejor optar por un diseño mucho más general. En lugar de diseñar esa docena de chips que les habían encargado, podían hacer uno de propósito general y guardar las especificaciones de cada una de las calculadoras en un programa aparte. De este modo, cada aparato tendría sólo tres chips: el procesador, la memoria para almacenar los datos y los resultados de los cálculos y el que albergaba el programa. Todos serían circuitos que podrían reutilizarse.

Hoff fue el encargado de diseñar la arquitectura general del procesador, con la ayuda de Stan Mazor, pero pronto empezó a dedicarse a otros proyectos, así que el principal responsable de la difícil tarea de trasladar al silicio las ideas de sus compañeros fue Federico Faggin, con algo de ayuda de Masatoshi Shuma, empleado de una Busicom con la mosca detrás de la oreja ante los retrasos. Juntos crearon el Intel 4004, el primer microprocesador o, como lo llamaría Intel más tarde en sus folletos publicitarios, el primer "ordenador en un chip".

Ese eslogan, aunque algo exagerado, no estaba demasiado lejos de la realidad. El Intel 4004 tenía unos 2.300 transistores –un poco por debajo de las 3.000 válvulas del primer Univac– y sólo 4 bits, porque estaba pensado para calculadoras y le bastaba eso para trabajar con números decimales. Los de ahora andan por los 64 bits y unos pocos 1.200 millones de transistores.

El problema es que nuestros hombres concluyeron el encargo en la primavera del año 1971, y para entonces ya estaba desatada la guerra de las calculadoras. Busicom tenía problemas para sobrevivir y pidió a Intel una rebaja en el precio. La empresa californiana accedió, a cambio de poder vender su microprocesador a otras compañías. Ahora sabemos que aquel acuerdo dio comienzo a un negocio multimillonario, pero entonces no estaba tan claro. De hecho, el 4004, puesto a la venta el 15 de noviembre de 1971, no tuvo demasiado éxito, entre otras cosas porque su arquitectura de lo limitaba a productos como calculadoras o cajas registradoras.

El primer paso en una revolución

Pero Intel se puso a trabajar. En 1972 lanzaron el 8008, que era como su antecesor pero con 8 bits. Fue fruto de un encargo de Computer Terminal Corporation para uno de sus terminales Datapoint, fabricados para conectarlos a los enormes ordenadores de los 70. También diseñado por Faggin, el conjunto de instrucciones que aceptaba fue creado por CTC. Ese conjunto de instrucciones fue llevado, con algunos cambios, de microprocesador en microprocesador, hasta el 8088, que fue incluido en el primer PC, y de ahí al 80286, al 80386, al 80486, al Pentium, al Pentium Pro, al Pentium III, al Pentium IV, al Core, al Core 2 y a los Core i3, i5 e i7, que son los que empleamos hoy en día.

Al igual que sucediera con Busicom, CTC renunció a la exclusividad a cambio de ahorrarse unos dólares, y el 8008 fue empleado como controlador en muchos aparatos y en sistemas de procesamiento de texto. Pero fue el 8080 el primero que tuvo la calidad suficiente como para ser empleado como corazón de un ordenador. Y vaya si lo fue: el primer ordenador personal, el Altair 8800, usaba precisamente ese chip.

Una vez el mundo se dio cuenta de la importancia de lo que habían hecho en Intel, tanto a Hoff como, en menor medida, a Razor se les honró como es debido. Pero al pobre Faggin lo ocultaron debajo de la alfombra, pese a ser el principal responsable de la creación del microprocesador. Eso le pasó por irse de Intel para fundar un competidor, Zilog, cuyo producto estrella, el Z80, fue el corazón de muchos ordenadores personales de los 80, como el ZX Spectrum. De Shima se habla aún menos, y es que se fue con Faggin a Zilog. Pero los cuatro se merecen parte del mérito.

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