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'The Elder Scrolls V: Skyrim': libertad total, demasiados 'bugs'

Hablar de The Elder Scrolls es hablar de libertad para hacer lo que nos plazca: servir al imperio, acabar con él o explorar cada rincón de la región.

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La elección es nuestra, nosotros escribimos la historia y somos el protagonista de la misma. Cinco años de espera han merecido la pena, es hora de viajar a Skyrim.

Lo mejor:

  • La libertad de hacer lo que nos dé la gana en cualquier momento.
  • El mundo virtual de Skyrim está bien diseñado y nos permite recorrerlo de cabo a rabo sin aburrirnos.

Lo peor:

  • Los fallos y bugs que, de momento, no se han corregido.
  • El sistema de combate a veces es un pelín torpe e impreciso.

El comienzo de Skyrim no augura sorpresas. Somos un personaje anónimo, tanto que no podemos ver nuestro propio aspecto hasta que se nos da la oportunidad de crear nuestro avatar. Un ciudadano que ha sido apresado por no se sabe muy bien qué y está punto a ser ejecutado por la legión Imperial de Skyrim. Sin embargo un dragón, el destino, nos salva de esta terriblemente muerte. Huimos, sin saber muy bien a dónde.

Aquí se presenta nuestra primera elección. A un lado los capa de tormentas, personajes con los que compartíamos nuestro camino a la ejecución. Por otro lado un soldado del Imperio. Dos opciones para escapar, para renacer en Skyrim y escribir nuestra propia historia. Porque, estimado lector, usted es el protagonista y a la vez el narrador.

Desde el primer momento podemos elegir, empezando por cómo es nuestro personaje. A través de un editor podemos darle forma y raza, esta última influye en ciertas fortalezas como bonificaciones de daño, afinidad para aprender magia o sigilo a la hora de robar.

A partir de ahí, y una vez hemos acabado la primera misión que sirve de tutorial para familiarizarnos con los controles, empieza la aventura. Podemos optar por seguir el hilo principal o simplemente vagar por Skyrim, disfrutar de las praderas, de los montes nevados y explorar cada rincón de la región.

La región de Skyrim está viva: cada comarca tiene su propio estilo, podemos encontrarnos situaciones de todo tipo en nuestros viajes. No es un viaje por una llanura virtual vacía, es una aventura en toda regla que nos anima a explorar cada detalle de los escenarios y descubrir a través de ellos la historia de Skyrim.

Muchas veces es más divertido olvidarse de la historia e ir a nuestras anchas. Forjar nuestras propias armas y convertirnos en herreros de primera, crear pociones, perfeccionar encantamientos... En esta entrega además Bethesda ha querido ir un poco más allá y ha introducido matices curiosos como por ejemplo la posibilidad de casarse, sea con alguien del sexo contrario o no.

Como buen juego de rol que se precie los combates juegan un papel importante. Es cierto que Bethesda nunca se ha caracterizado por pulir en exceso este apartado pero no nos engañemos: funciona. Es cierto que a veces es torpe, que la precisión no es excelsa, sin embargo es divertido y funciona a las mil maravillas.

Hayamos elegido el camino del guerrero, el mago o el ladrón, cada uno con su respectivo árbol de habilidades, los combates funcionan e imprimen bien las ventajas y desventajas de dichos roles. Los guerreros y la fortaleza física, los magos y su gran abanico de hechizos y el sigilo de los ladrones.

Aunque la libertad, como hemos subrayado, es la mejor seña de identidad de The Elder Scrolls también hay misiones que articulan lo que ocurre en Skyrim. Algunas de ellas, una trama principal en función del camino que hayamos elegido. Otras en cambio, recados u ofertas de trabajo para recuperar objetos o asaltar campamentos de bandidos.

Las misiones, en líneas generales, son variadas e intentan no pecar en realizar la misma tarea ad infinitum. Además, la historia que les rodea a cada una de ellas, y por extensión todos los hilos que definen Skyrim, son muy ricas y podemos pasar mucho tiempo descubriendo cada detalle y cada matiz para conocer a fondo la historia de la región.

Si la libertad es la seña de identidad de The Elder Scrolls, los bugs (para desgracia nuestra) son una de las señas de identidad de Bethesda. No vamos a engañarnos: los bugs están ahí. A veces son graciosos, a veces nos podemos beneficiar de ellos... Pero, ay amigo, como nos aparezca uno en mitad de la misión y tengamos que cargar una partida añeja para poder continuar.

Hablar de la duración de Skyrim es un tanto relativo. La historia principal es larga y nos puede llevar unas treinta o cuarenta horas superarlas. Si en cambio realizamos misiones secundarias o simplemente vagar sin rumbo podemos estar así hasta el infinito. Suena exagerado, pero no lo es.

Gracias al sistema Radiant el juego, una vez hemos superado ciertas misiones, se encarga de generar nuevas de forma aleatoria. De este modo podemos estar disfrutando del mundo de Skyrim hasta que digamos basta... o hasta que aparezcan los DLC con nuevas aventuras creadas por los chicos de Bethesda.

Apartado técnico

Bethesda ha sabido recrear a la perfección el ambiente de Skyrim. Montañas nevadas, ventiscas, zonas verdes en las llanuras. Colores fríos, apagados, contrastes entre escenarios y un cuidado en la dirección artística sobresaliente. Un gran trabajo que merece la pena contemplar y admirar allí donde vayamos.

Técnicamente Bethesda ha aprendido con Fallout 3 y New Vegas. El motor es sólido y las animaciones en líneas generales son buenas aunque hay algunas un poco toscas. No alcanza el nivel de realismo de los títulos punteros pero el equilibrio entre un mundo abierto y con muchos detalles está muy bien realizado. Eso sí, el salto entre la versión de consola y PC se nota, bastante además.

La banda sonora por su parte es realmente buena. Sabe subrayar cada momento y que ésta tenga el papel que se merece, más allá de un mero hilo musical que mate el silencio. La música nos avisa: hemos llegado a un pueblo, entramos en una caverna o bien un dragón nos acecha.

Conclusión

Bethesda se lo ha currado. Ha sabido ir más allá de sus posibilidades y enriquecer más la experiencia de jugar a una nueva entrega de The Elder Scrolls. Mucha libertad, bastantes cosas que hacer y todo bien desarrollado para no ser muy abrumador. Aún así los bugs no perdonan: dentro de poco seguro que llegan los parches pero hasta entonces los fallos son visibles y a veces molestos.

Notas
Gráficos Escenarios y personajes muy bien detallados. Las animaciones en general son correctas aunque a veces se ven cosas raras. Se nota el salto entre consola y PC. 9
Sonido Temas con personalidad que saben destacar y acompañarnos en cada momento y situación. El doblaje en español es correcto aunque un poco frívolo. 8,9
Diversión Una región enorme por delante. Misiones, exploración, diferentes tipos de combates y otras muchas cosas que hacer. 9,3
Total Uno de los candidatos a juego del año. Muy buen trabajo por parte de Bethesda. 9,1

The Elder Scrolls V: Skyrim ya está a la venta para PC, Playstation 3 y Xbox 360 (versión analizada) a un precio de 59.95 euros con una calificación para mayores de 18 años, según el código PEGI.

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