Estamos asistiendo al comienzo de otro error histórico que costará mucho subsanar. La proliferación de distintos formatos incompatibles entre sí y con los distintos dispositivos hardware que permiten su lectura, no facilitará nada la divulgación de este sistema que constituye sin duda el futuro del libro.
Además, puede ser que propicie una tercera vía que dejaría finalmente fuera de la competición a los que ahora pretenden quedarse con el pastel. En realidad el formato para el libro electrónico ya existe y es universal. Se llama HTML y/o PDF. El dispostivo de lectura también y es el binomio PC-Navegador. Solo hace falta que Google se ponga manos a la obra y que algún avispado fabricante Asiático lance el PC ultraplano de tamaño y formato adecuados. En ese momento, Amazon, B&N y otros -incluso alguna empresa Española- serán abatidos mientras discuten si son galgos o podencos.