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Cinemizer: vea el iPod y el iPhone a pantalla grande

Además del finalmente elegido, muchos titulares podrían haber encabezado este análisis: "Viendo una película en el avión", "Correr en una cinta estática con una tele en los ojos", "Disfrutar del cine tumbado en la cama"...

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Además del finalmente elegido, muchos titulares podrían haber encabezado este análisis: "Viendo una película en el avión", "Correr en una cinta estática con una tele en los ojos", "Disfrutar del cine tumbado en la cama"...

Ideas varias para describir el uso del Cinemizer, unas gafas con pantallas integradas que permite ver a gran tamaño todo lo que el iPod y el iPhone (y otros dispositivos) sean capaces de reproducir. Un producto inevitablemente elitista (399 euros) pero que pone los dientes largos a cualquiera...

El Carl Zeiss Cinemizer Plus es de esos productos que todo el mundo quiere probar. Si alguien le ve con unas gafas con aspecto de entrada a un universo de realidad virtual, tenga por seguro que oirá un "déjame probarlo". No llega tan lejos –la sensación es la de ver una televisión grande– y su precio puede echar para atrás al más pintado pero sin duda es algo que determinado público geek demanda.

Este gadget no es otra cosa que unas gafas con dos pantallas integradas en sus "lentes", lo que permite poder ver películas, series, juegos o contenidos por streaming directamente desde un dispositivo portátil a nuestros ojos. Los dispositivos compatibles de serie son los iPods a partir de la tercera generación y el teléfono iPhone. Además, se puede reproducir el contenido de móviles, reproductores DVD y consolas.

A la hora de hablar del hardware del dispositivo, resulta muy cómodo de llevar. Es relativamente ligero (115 gramos, aunque al apoyar las patillas en las orejas, el peso en la nariz es de 75 gramos aproximadamente) y tiene un adaptador de goma para la nariz –junto a uno adicional más grande que separa más el aparato de los ojos–.

Las patillas del dispositivo tienen unas varillas ajustables que permiten adaptarlo mejor a los laterales del cráneo. Así consigue que no se muevan mientras los usamos. El audio se reproduce en estéreo a través de dos cascos que quedan suspendidos a la altura de los oídos.

La conexión con los dispositivos de Apple se consigue mediante la propia entrada específica y común de éstos a través de un accesorio que va conectado por cable al Cinemizer. Para que queden perfectamente acoplados, contamos con diferentes soportes a medida. Esta estación de conexión ofrece también información sobre lo que queda de batería (Se carga mediante USB en 2,5 horas y dura más de 4 horas) a través de un LED, tiene entrada de vídeo jack de 3,5 mm y una clavija multifunción para ajustar el volumen y ver contenidos en 3D.

Con el iPod en los ojos

Una vez que vemos una película o serie, hay que decir que la sensación efectivamente es la de estar viendo una pantalla grande a una distancia de metro y medio, aunque quizá no tanto las 45 pulgadas que proclama Zeiss sino en torno a las 32. En todo caso, aunque la calidad de compresión del vídeo sea la ajustada a la pantalla del iPod, es decir, baja, la sensación es de que una calidad similar a la televisión convencional. Se ha conseguido crear muy bien la sensación de estar viendo una pantalla grande desde una muy pequeña con un vídeo de baja calidad. Además, la cosa gana muchos enteros cuando reproducimos un contenido en HD.

Sin embargo, la reproducción no está exenta de defectos: los colores se difuminan en ocasiones, especialmente en los bordes y los colores negros se ven algo brillantes. Otra pega a la hora de usar el dispositivo lo encontrarán aquellos usuarios que padezcan de problemas de visión, a pesar de que en Zeiss han trabajado para solucionarlo. Cada una de las lentes permite corregir los problemas de visión hasta aproximadamente (+/-) 3,5 dioptrías, pero aquellos que tengan más no verán bien la imagen. En este contexto se hace obligatorio el uso de lentillas, dado que las gafas no caben bien entre el dispositivo y los ojos.

Una gran posibilidad del Cinemizer es la de poder ver contenidos que estemos visionando en el dispositivo móvil mediante streaming a través de internet. Cuando comienza la reproducción, automáticamente el Cinemizer detecta que así es y el visionado se produce a través de las lentes. Una gran ventaja para un dispositivo pensado para la movilidad, si no fuera porque a día de hoy la compatibilidad de los reproductores de Apple es reducidísima con estos sistemas y únicamente está garantizada con YouTube.

El dispositivo también tiene una clavija para reproducir contenidos en 3D, con un resultado bastante aparente, la verdad. Los problemas vienen de nuevo, con la compatibilidad. Por ejemplo, en el terreno de los videojuegos apenas hay un par de ejemplos (http://www.designassembly.com/cinemizer/). También es posible explorar contenidos ofrecidos por la propia Zeiss o con los que experimenta YouTube.

Otros dispositivos

Es posible conectar otros dispositivos al Cinemizer, como un lector de DVD, teléfono multimedia o incluso una consola de videojuegos. Eso sí, hay que hacerlo mediante un cable opcional que tenga salida de 3,5 mm y entrada variable, según el dispositivo: normalmente otra de 3,5 mm para móviles y una de componentes RGB para consolas y reproductores DVD.

En el caso de las consolas, es especialmente compatible la consola de Nintendo, Wii. Eso sí, hay que tener en cuenta que todos los contenidos que deseemos visualizar en el Cinemizer deben estar en 50 Hz. De esta forma, todos los juegos actuales de Xbox 360, por ejemplo, dan problemas de compatibilidad en esta atípica pantalla.

Conclusión

Evidentemente no estamos ante un producto que pueda competir con un televisor de sobremesa. Ni siquiera hay que pensar en él como "un segundo televisor", ya que para ese supuesto ya hay económicas opciones y con mejor calidad de imagen. Eso sí, siempre en el sofá; y el Cinemizer es un producto que busca a aquellos que necesiten movilidad (Por cierto, incluye un estuche de viaje).

Gracias a la amplia penetración de la familia iPod y el iPhone, muchos consumidores que viajen a menudo en avión o pasen noches en un hotel donde puedan ver sus propias películas y así encontrar una solución a su aburrimiento. El resto no debería plantearse su compra. En todo caso, es inevitable reconocer la calidad del dispositivo, seguramente el mejor del mercado en su especie, que justifica su precio.

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