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EEUU admite que los informes sobre descargas de la industria audiovisual son erróneos

En un informe hecho público esta semana, el Gobierno estadounidense, a través de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental, admitió que "es muy difícil, sino imposible, cuantificar los impactos económicos de la piratería en la industria audiovisual".

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El informe puso en duda la fiabilidad de los datos que utilizan instituciones como la BSA (Business Software Alliance) o la MPAA (Motion Picture Association of America), basados en la metodología "incorrecta" de una única persona. De hecho, la propia MPAA tuvo que admitir en 2008 que el dato de que el 44% de las pérdidas de los estudios de cines se debía a la piratería era erróneo, debido a un "error humano" y que en realidad se trataba sólo de un 15%.

La Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, en sus siglas en inglés) se centró en tres informes comúnmente citados y utilizados por instituciones y organizaciones que defienden los derechos de autor de sus miembros, según la web especializada Ars Technica.

Tres informes "especulativos"

En primer lugar, una gran número de representantes de la industria, medios de comunicación, y publicaciones oficiales han citado durante largo tiempo una estimación del FBI que asume que las empresas pierden de 146.000 a 183.000 millones de euros (200.000 a 250.000 millones de dólares) anuales debido a las descargas. Este cálculo figura en un comunicado de prensa de 2002 del FBI, pero los funcionarios de la oficina federal informaron que no tienen registro alguno sobre el origen o la metodología usada para generar la estimación y que no puede ser corroborado.

El segundo informe, un comunicado de prensa de la Oficina de Protección de Fronteras y Aduanas (CBP, en sus siglas en inglés) de 2002 que estimaba que las empresas y las industrias de EE.UU. pierden 146.000 millones de euros (200.000 millones de dólares) al año en ingresos y 750.000 puestos de trabajo debido a las falsificaciones de mercancías.

Sin embargo, un funcionario de la CBP explicó que estas cifras tienen un origen incierto, han sido desacreditadas, y ya no se utilizan por la CBP. En marzo de 2009, un memorando interno de la CBP se distribuyó entre sus empleados para instarles a no utilizar las cifras. A pesar de la advertencia, otra entidad dentro del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en sus siglas en inglés) al que pertenece la CBP, sigue usándolas.

El último informe público usado se atribuye a la Comisión Federal de Comercio (FTC, en sus siglas en inglés). La asociación de fabricantes de equipos de motor defiende que la industria de piezas de automóviles pierde 2.196 millones de euros (3.000 millones de dólares) en ventas debido a los productos falsificados.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también usa esta estimación para elaborar su informe sobre la falsificación y la piratería. Sin embargo, cuando la GAO intentó contactar con funcionarios de la FTC para justificar la estimación, no fueron capaces de localizar ningún registro o la fuente de esta estimación en sus informes y archivos.

Estas estimaciones atribuidas al FBI, la CBP, y la FTC continúan, sin embargo, utilizándose como referencia en la industria y diversas fuentes gubernamentales como evidencia del impacto de la falsificación y la piratería en la economía de los EE.UU., según concluyó el informe.

Las industrias de contenidos han redactado sus informes utilizando las tres encuestas que han sido realizadas por un sólo individuo, Stephen Siwek, del Instituto de Políticas de Innovación.

El Gobierno concluyó que "la mayoría de los expertos entrevistados" eran reticentes a adoptar la metodología de Siwek ya que su enfoque "simplemente no fue diseñado para medir lo que está midiendo". Por ejemplo, estos estudios ignoran puntos obvios en economía, como que cuando un usuario piratea material audiovisual o de otro tipo, deja al consumidor con más líquido, lo que se trasvasa a otros sectores de la economía.

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