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Un libro electrónico que no maravilla, pero tampoco decepciona

Tras su lanzamiento veraniego hemos probado el Inves – Book 600, el primer lector de libros electrónicos que la empresa de distribución pone a disposición de sus clientes y que, además, lanza con marca propia. Un primer paso satisfactorio pero cuyas prestaciones no son una revolución.

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La gran baza que el Inves – Book juega a partir de ahora es el enorme respaldo que para muchos usuarios supone una marca como El Corte Inglés, máxime en un producto no excesivamente extendido y ciertamente novedoso para la mayoría.

No es poco, y quizá por eso el producto en sí no ha sido pensado para ofrecer unas prestaciones muy llamativas sino para integrarse en la “clase media” del mercado, tanto en prestaciones como en precio. No obstante, desde la empresa se anuncian más lanzamientos en próximas fechas que seguramente serán necesarios en un segmento que de cara a las próximas navidades va a ser mucho más competitivo.

Aspecto exterior

En esa línea en la media del mercado el Inves – Book 600 tiene un aspecto exterior bastante similar al de alguno de sus competidores, de hecho en un primer momento se apuntó a que se trataba de una versión de un dispositivo ya puesto a la venta por iLiber, extremo desmentido por responsables de la compañía, que afirman que se ensambla en su planta de Tres Cantos (no obstante, el made in es de Taiwán).

Es un dispositivo ligero (174 gramos), fino (8,5 milímetros) y de un tamaño estándar (118 x 188 mm.) dentro de la media de sus competidores, lo que supone que es similar al de una funda de DVD o una edición de bolsillo habitual, aunque con un grosor significativamente menor, algo menos de la mitad.

Está construido con un plástico negro de apariencia resistente y con un tacto satinado y agradable y viene acompañado de un buen complemento: una funda en simil piel muy práctica a la hora de leer (la tapa se dobla perfectamente y queda pegada a la parte trasera con un pequeño imán, lo que permite sujetarlo con sólo una mano) y que además protege perfectamente el equipo, con lo que trasladarlo en las manos o incluso dentro de un bolso o una mochila no supondrá un riesgo excesivo.

Incluso dentro de esta funda el dispositivo no es mayor que un libro normal en edición de bolsillo, quizá sólo un poco más alto, y por supuesto mucho menos voluminoso que un buen tomo de tapa dura.



Pantalla, lectura y batería

Lo más importante de un lector de libros electrónicos es, no hay duda, la pantalla y el grado de confort en la lectura que nos transmita. Probablemente esto será lo que más suspicacias despierte en aquellos, la mayoría, que por ahora no estén muy familiarizados con la tecnología.

El Inves – Book 600 supera este examen con nota elevada: la pantalla es un casi un estándar en los dispositivos actuales tanto por su tamaño, 6 pulgadas, como por su tecnología e-ink, su resolución de 600 x 800 píxeles y 166 dpi y sus ocho niveles de grises, cifras que se resumen en una frase breve: se lee muy bien, con un contraste perfecto y sin cansar en absoluto la vista, no importa el tiempo que nos pasemos frente a ella.

En cuanto a la duración de la batería, que es una de las preocupaciones que habitualmente muestran los posibles usuarios, aunque no hemos contado una por una si cumple los 8.000 pases de página que promete, sí que se puede afirmar que soporta sin problemas la lectura de varios miles de hojas y que, por tanto, nos dará más que de sobra para leer no uno sino varios libros (incluso para la monumental obra de Proust o para repasar dos o tres veces “La acción humana”), aunque también hay que tener en cuenta que, normalmente, las páginas del libro electrónico son más cortas que las de las ediciones habituales en papel.

Manejo: algunos aciertos y no pocos errores

Probablemente lo menos logrado de este dispositivo sea el firmware, que no sólo hace el funcionamiento algo más lento que en dispositivos similares (aunque parte de esto puede ser también culpa del hardware) sino que tiene algunos pequeños errores de concepto que, de solucionarse, mejorarían bastante la experiencia de uso.

Les pongo un ejemplo: en otros dispositivos como el Sony Reader PRS 505 si apagamos el aparato mientras leemos un texto, al encenderlo volvemos a la misma página, listo para seguir leyendo como si abriéramos un libro. En el Inves Book no ocurre así y a cada nuevo encendido tendremos que buscar otra vez el libro en el menú para que, una vez en seleccionando, sí vayamos a la página en la que nos encontrábamos. El proceso dura sólo unos segundos, pero repetirlo una y otra vez resulta algo molesto.

Por otra parte, el propio encendido del lector es algo lento, cerca de 30 segundos en el que hemos probado. Obviamente, a los pocos minutos de estar leyendo hemos olvidado este problema, pero durante el arranque resulta, de nuevo, un tanto incómodo.

Los menús no están tan bien resueltos como en otros casos, probablemente por la ausencia de una botonera numérica como la que tienen modelos como el propio Sony del que hablábamos o el Papyre y que facilita bastante la navegación y hace el uso más intuitivo. Otro error un tanto incomprensible de este lector es que, no sólo no permite cambiar el tamaño de letra con un botón (lo que resulta tremendamente práctico) sino que además cambia la visualización de todos los libros que se tengan guardados en su memoria.

Por último, al menos en el ejemplar en el que hemos hecho esta prueba, los botones son un tanto incómodos, quizá demasiado duros para su tamaño. No es que esto haga muy difícil el uso del dispositivo, pero sí lo hace algo menos confortable de lo que podría ser.



En el capítulo de los aciertos también hay algunas cosas que citar: la primera de ellas el botón que permite con sólo una pulsación cambiar la orientación de la pantalla de vertical a horizontal y viceversa. Tiene también la posibilidad de realizar búsquedas en los textos (a través de un teclado virtual no muy rápido pero sí muy sencillo) que nos permiten encontrar si una palabra está en un libro.

Por último, un detalle que nos ha encantado es la posibilidad de ir a la página que deseemos de un libro introduciendo el número, de nuevo, a través de un teclado virtual. Teniendo en cuenta además que estos dispositivos gastan su energía al pasar página esto resulta extremadamente práctico para movernos por un texto.

Conectado

Como la mayor parte de sus competidores el Inves – Book no dispone de conexiones inalámbricas de ningún tipo (crítica a todos los fabricantes: ¿tan caro es poner un sencillo bluetooth?) así debe conectarse con el ordenador con un cable normal USB. Una vez conectado es como si añadiésemos un disco extraíble y tan sólo deberemos copiar en la carpeta que deseemos los libros que vayamos a leer.

Por cierto, aunque es compatible con varios formatos parece que funciona algo mejor con el epub, por lo que recomendaríamos conseguir algún programa que nos permita convertir los libros de otro tipo a éste. Una buena opción (y gratuita) es un pequeño y sencillo software llamado Calibre.

Conclusiones

Tras utilizar el Inves – Book 600 parece claro que para su entrada en un mercado nuevo como el de los lectores de eBooks El Corte Inglés ha elegido un dispositivo que resulta adecuado, precisamente, para los usuarios que deseen introducirse en ese mundo, sin un gasto demasiado elevado (300 euros pueden parecérselo a muchos pero están en la línea de lo que cuestan sus competidores), sin complicarse demasiado la vida en cuanto a su manejo o a dónde obtenerlo y, sobre todo, con el respaldo y la garantía que suponen adquirir casi cualquier producto en estos grandes almacenes, sin preocupaciones de ningún tipo sobre garantías o posibles problemas.

En definitiva, un primer paso que puede ser adecuado para los que deseen dar su propio primer paso y que será perfecto, sobre todo, como escalón de inicio en una oferta que esperamos siga desarrollándose y se convierta en más variada y con mayores posibilidades.

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