Las farolas de la discordia
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Lo nuevo y lo viejo
Las antiguas y las nuevas farolas frente a frente.
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Así era
Parte del paseo que se conserva tal como estaba antes. Suelo de baldosas, farolas fernandinas y bancos propiamente dichos en los que apetece sentarse a ver pasar la gente.
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Banco y farola
Una de las nuevas farolas, doble y con papelera adosada. Al fondo uno de los nuevos bancos-sarcófago que invitan a no sentarse.
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Suelo de cemento
Aunque parezca que no han terminado las obras y aun falte solar el pavimento, así es como ha quedado el bulevar con alcorques para unos arbolitos recién plantados.
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No pega ni con cola
Las nuevas farolas no son muy adecuadas para el tipo de entorno arquitectónico del paseo de Recoletos, por muy de Álvaro Siza que sean.
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Bulevar
El minimalista bulevar de cemento y acero no es un sitio excesivamente agradable para pasear.
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El Espejo
El tradicional café del Espejo es lo único que ha quedado del antiguo bulevar de Recoletos.
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El Gijón
El agua de lluvia se encharca en las mesas del Café Gijón y en el cemento.
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Farolas carreteras
Las nuevas farolas pueblan también la calle aportando un toque de modernidad en un paseo que no la tiene en absoluto.
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La antigua farola
Así eran las farolas que ha retirado Gallardón. Lógico. A tal paseo, tal farola.
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Detalle
La farola muestra sus poderes de flexo de mesa en las alturas del paseo.
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