"¿Le gustaría pedir perdón por la falta de liderazgo europeo en esta crisis?" Así invitó anoche el conductor del programa estrella de la televisión pública británica a un portavoz de la Comisión Europea a unirse a su debate sobre el euro.
El portavoz del comisario Rehn, el español Amadeu Altafaj, lidió durante diez minutos de programa con preguntas capciosas y desempeñó su trabajo como de costumbre: haciendo de altavoz de la política económica del Ejecutivo comunitario y defendiendo "las difíciles decisiones" que están tomando los líderes europeos. Altafaj pidió, además, que Europa huya "de nacionalismos de mente cerrada".
Tras su intervención, el comentarista político del diario Telegraph, Peter Oborne, conocido detractor de la unión monetaria, disparó contra el español, refiriéndose a él despectivamente como "ese hombre" y, hasta tres veces, como "ese idiota de Bruselas".
Los tibios reproches del presentador llegaron demasiado tarde. Altafaj, en el plató de la BBC en Bruselas, decidió zafarse del micrófono y, ofendido por el tono del debate –sus palabras "hablan por sí solas", argumentó-, abandonó el programa.
La anécdota revela que la crisis del euro sigue despertando pasiones y, desde luego, pocas simpatías en cierto sector de opinión en la isla británica. Esta misma semana el jefe de la diplomacia británica, William Hague, arremetía contra el euro y lo tildaba de "edificio en llamas y sin salida". Pese a que el epicentro de la tormenta se encuentra en Atenas, la diana de muchas de las críticas sigue siendo Bruselas.