Menú

La última batalla de Berlusconi

El economista Mario Monti se perfila como su sucesor, aunque las gestiones de última hora de Il Cavaliere podrían deparar sorpresas

El economista Mario Monti se perfila como su sucesor, aunque las gestiones de última hora de Il Cavaliere podrían deparar sorpresas

Mientras el Senado italiano aprobaba las medidas que le exige Bruselas, que pasan desde la ampliación de la edad de jubilación y la subida de los impuestos a los combustibles hasta la venta de inmuebles y terrenos del Estado, Mario Monti era recibido en la cámara alta con vítores y aplausos casi unánimes. Este veterano de la política transalpina, designado senador vitalicio por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, podría convertirse este sábado en el nuevo primer ministro, siempre y cuando un Silvio Berlusconi agonizante lo permita.

El primer paso es que el Congreso ratifique el plan de ajuste y el segundo es el relevo en la jefatura del Gobierno, al que también tiene que dar el visto bueno el Parlamento. Monti puede sumar muchos apoyos, pero cuenta con dos importantes rechazos, el de la Liga Norte de Umberto Bossi y el de Italia de los Valores, el partido fundado por el ex fiscal anticorrupción Antonio Di Pietro. Este último no pone reparos a la figura de Monti -economista de prestigio que seguiría la estela tecnocrática de Papademos en Grecia- pero se opone a otorgar una "carta blanca" sin conocer el equipo, el programa y la coalición que sostendría al nuevo Gobierno.

El otro nombre que se baraja, y que podría ser un premio de consolación para Berlusconi, es el de Lamberto Dini. Otro economista que ya fue primer ministro en 1996, en la primera salida del Gobierno de Il Cavaliere, aunque tuvo que dejar su puesto ese mismo año al socialista Romano Prodi, que ganó las elecciones. Pero hay quien apunta una tercera posibilidad, que Berlusconi apoye directamente a su brazo derecho, Gianni Letta.

El mutismo de Berlusconi en las últimas horas, donde no ha dejado de intensificar sus contactos, está alimentando todas las especulaciones. Pero lo cierto es que nadie en el peculiar escenario político italiano puede predecir lo que ocurrirá. Cada diputado es un mundo, incluso dentro del Pueblo de la Libertad, el partido del todavía primer ministro. Y parece que muchos de sus correligionarios sí apoyarán a Monti.

Lo que casi se da por seguro es que hoy se escribe la página final de la turbulenta carrera política de Berlusconi, diecisiete años después de ser nombrado por primera vez jefe del Gobierno.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios
    Acceda a los 1 comentarios guardados