Exteriores recomienda a los españoles abandonar Siria "de forma inmediata"

El Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda a los ciudadanos españoles que se encuentren en Siria que "abandonen de forma inmediata el país" ante la creciente situación de inseguridad a causa de la violencia empleada por las fuerzas del régimen para aplacar las manifestaciones de los opositores.

Exteriores ha divulgado este aviso en su página web después de que en los últimos días se hayan recrudecido los enfrentamientos en diversas zonas del país. El departamento que dirige en funciones Trinidad Jiménez aconseja a los ciudadanos españoles que salgan del país por "medios comerciales, mientras estos funcionen con regularidad".

Diversas compañías han cancelado sus vuelos a Siria en las últimas semanas, y aquellas que los mantienen han reducido la frecuencia de los mismos.

Exteriores subraya que el deterioro de la seguridad de las comunicaciones interiores en Siria y las restricciones que las autoridades locales están imponiendo a la libertad de movimiento de los diplomáticos extranjeros dentro del país "puede conllevar la dificultad de prestar asistencia consular fuera de Damasco". Se hace hincapié además en que a la vista de la actual situación, "se desaconseja todo viaje a Siria".

En todo caso, para los españoles que opten por quedarse, Exteriores les pide que si no han comunicado sus direcciones y números de contacto, lo hagan tan pronto como sea posible. Les reitera además la necesidad de evitar la zona sur del país y la costera, las provincias de Homs e Idleb, las ciudades de Hama, Deir Ezzor y Abu Kamal, así como los barrios periféricos de Damasco.

España mantiene abierta su oficina diplomática en Damasco, al frente de la cual está el embajador Julio Albi. El Gobierno ve conveniente que siga por ahora en su puesto para asistir a los españoles que tengan intención de marcharse y para seguir informando de la situación del país. Desde que comenzaron las protestas en Siria el pasado mes de marzo contra el régimen de Bachar al Asad, han muerto más de 3.500 personas, según la ONU.