Hace unos días, la oposición argentina denunciaba las maniobras del oficialismo en Argentina para avanzar en una futura reforma constitucional que permitiría una nueva reelección de Cristina Fernández cuando en la actualidad sólo se permite una. Los medios ya lo están llamado la "re-re".
Este extremo no ha sido negado por los kirchneristas y ni siquiera por el vicepresidente Amado Boudou quien sólo atinó a decir que no era tiempo "para eso" aunque también agregó que "no hay que esperar tres años para avanzar con las políticas que se están llevando adelante". Para él "hablar de post-kirchnerismo es definitivamente ir contra el modelo". Con estas palabras pocos dudan de que la intención sea realmente esa.
Sin embargo, lo que los medios han comenzado a mencionar es la presencia del hijo mayor del matrimonio Kirchner en la ecuación de kirchnerismo del futuro o de la "dinastía Kirchner". Fallecido su padre, Cristina es ahora la cabeza de este movimiento y como principales apoyos tiene a sus dos hijos: Máximo y Florencia. La presidenta nunca ha escondido su preferencia por su hijo, mientras que su marido Néstor tenía mayor predilección por su hija, la misma que fue protagonista en la toma de posesión el pasado mes de diciembre.
Ahora es Máximo Kirchner el que está tomando fuerza. De hecho, en el mes de octubre de 2011, el portal Terra de Argentina publicó un informe que tituló "Cómo vive Máximo Kirchner, el hombre más influyente del país". Dice que ese hombre de 34 años es el encargado de los negocios de la familia y que su "hermetismo" lo ha convertido "en uno de los hombres más temibles en la mesa donde se toman las decisiones más importantes del Gobierno de su madre". Y es que parece ser que la presidenta confía ciegamente en su palabra como líder y estratega de la agrupación La Cámpora, el movimiento juvenil creado en 2003 para apoyar el gobierno de Kirchner.
Algunos medios no creen que pueda heredar este kirchnerismo. Sin embargo, la información menciona una fuente de la Casa Rosada, sede de la presidencia argentina, que señala que "muchos le asignan un rol menor, por dos razones: porque tiene un perfil muy bajo y porque como no pueden acceder a él se justifican diciendo que no tiene incidencia".
Algunos sí lo ven dentro de la vida política aunque tal vez no al extremo de ser el principal asesor de la presidencia. Es el caso de Aníbal Fernández, senador y exjefe de gabinete de los Kirchner. Él ve a Máximo como "un chico inteligente, un activista que se ha ganado el derecho a dar su opinión y que está a cargo de un movimiento que incluye a un montón de políticos notables". Sin embargo, no creen que su influencia sea mayor que otros colaboradores de la presidenta como los ministros: "¡Esto sería hasta gravoso para un Gobierno!".
Después de la ceremonia en su toma de posesión, el analista político Jorge Arias indicó que "todo hace prever que Cristina puede llegar a prescindir de una nueva reelección pero no de la conducción del espacio político que lidera. Algunos observadores miraron con especial interés el papel relevante que le dio a Máximo en las celebraciones del domingo, tal vez en un intento por instalar esa figura hacia el futuro".
Hace unos días, la politóloga Doris Capurro señaló que Máximo "es influyente: es el hijo mayor de dos padres presidentes, muy involucrado en la política desde niño, creador de un movimiento juvenil con mucho peso dentro de las estructuras kirchneristas". Dijo además que "es un joven que nació y se crió en la política y que, visiblemente, la ama". De hecho, el propio diario Le Monde insinúa que el hijo mayor de los Kirchner podría ser candidato de una campaña electoral que podría titularse "Máximo 2016".