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Argentina acusa a Londres de llevar armas nucleares a las Malvinas

Argentina ha aumentado la temperatura de su enfrentamiento con Londres denunciando la existencia de armas nucleares.

El desencuentro entre Argentina y el Reino Unido por las Malvinas ha subido de tono en la ONU, donde Buenos Aires denunció que los británicos han introducido armas nucleares en el Atlántico Sur, como ejemplo de la "militarización" a la que Londres somete a la región desde sus posesiones "coloniales".

El canciller de Argentina, Héctor Timerman, acudió a las Naciones Unidas a transmitir la protesta de su Gobierno por el destacado aumento de la presencia militar británica en toda la región, donde, según aseguró, Londres ha introducido armas nucleares en varias ocasiones desde hace años.

El ministro, que repitió en varias ocasiones que busca el diálogo con el Reino Unido, denunció que Londres ha violado el Tratado para la Prescripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (Tlatelolco) de 1967, que permite a la región estar libre de armamento nuclear, y "se niega a dar explicaciones" por ello.

"La información que tiene Argentina es que ellos (el Reino Unido) han introducido armas nucleares en el Atlántico Sur y no es la primera vez", dijo ante la prensa Timerman, quien aseguró que, "en el marco del reciente despliegue militar británico en Malvinas", Londres ha enviado un submarino nuclear a la región.

La denuncia del canciller argentino fue tildada de "basura" por parte del embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, quien se negó a comentar "públicamente" si su país ha desplazado submarinos nucleares a la región y negó rotundamente que su país haya militarizado el Atlántico Sur. "Nada ha cambiado en relación a nuestra puesto de defensa en las islas Falkland (Malvinas)", dijo el diplomático británico, quien reiteró su determinación de seguir defendiendo a los habitantes de las islas "para que no se repita" la invasión de 1982 y criticó al Gobierno de Cristina Fernández por propiciar una "escalada de la retórica" verbal entre ambos países.

"Argentina no va a aceptar que exista armamento nuclear en la zona de influencia de América Latina", añadió por su parte Timerman, quien alertó de que el Reino Unido ha cuadruplicado en los últimos tiempos su capacidad militar en toda la región y tenga capacidad de atacar desde Malvinas "a buena parte de Argentina, todo Uruguay, una parte de Chile y el sur de Brasil".

La polémica nuclear concentró buena parte de su comparecencia ante la prensa de Timerman, aunque recalcó que el objetivo es dialogar para que se responda a las demandas argentinas sobre las Malvinas, así como las islas Georgias del Sur y las Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

El canciller transmitió su protesta e intenciones al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y al presidente de turno del Consejo de Seguridad, el togolés Kodjo Menan, así como al presidente de la Asamblea General, el catarí Abdulaziz Al Naser.

"Todos apuestan por el diálogo, sólo falta el Reino Unido", dijo Timerman, quien indicó que Buenos Aires acepta "que el secretario general inicie conversaciones con ambos países para que nos podamos sentar en la mesa de la paz, a dialogar y resolver este conflicto". "Creemos que los problemas entre los países deben ser resueltos de manera pacífica y a través del diálogo, la razón y la diplomacia", dijo Timerman, quien invitó a Gran Bretaña "a que emule a John Lennon y le dé una oportunidad a la paz".

El desencuentro entre ambos países, que además están enfrentados por el control de los recursos energéticos de la zona, quedó evidenciado de nuevo, ya que Lyall Grant reiteró la posición de su país de no negociar la soberanía de las Malvinas mientras no lo pidan los habitantes de las islas. Insistió, además, en que el Reino Unido seguirá defendiendo "el futuro político, social y económico de las Malvinas", y defendió que el reciente envío a la zona del destructor MS Dauntless, el más moderno de la flota naval británica y un hecho que ha despertado las protestas de Buenos Aires, forma parte de las "maniobras de rutina" que hace cada seis meses la Marina Real británica en ese lugar.

El Reino Unido ocupa el archipiélago de las Malvinas (llamadas Falkland en inglés) desde 1833 y los dos países se enfrentaron en 1982 en una guerra en la que murieron 255 militares británicos y 649 argentinos, cuyo treinta aniversario se cumple el próximo abril. En la ONU, el caso sobre la soberanía del archipiélago es estudiado cada año desde 1989 por el Comité de Descolonización.

El canciller Timerman recibió este viernes en la ONU el apoyo de los embajadores de un buen número de países latinoamericanos, como los de Brasil, Chile, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Guatamela, Perú y Uruguay, que estuvieron presentes durante su comparecencia ante la prensa.

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