La orden de Nicolás Sarkozy no ha podido cumplirse. El presidente francés pidió "capturar vivo" a Mohamed Merah, el asesino de Toulouse, pero tras más de 30 horas de cerco, el franco-argelino ha muerto en su domicilio.
En un principio se informó de que había muerto abatido a tiros; después, el ministro de Interior ha informado que murió cayendo por una ventana, cuando intentaba huir. Finalmente, el fiscal explicó que el asesino murió en el asalto de un tiro en la cabeza.
El titular de Interior, Claude Guéant, contó algunos detalles de la operación con los datos iniciales de los que se disponía: "A las 10:30 comenzaron las operaciones del proyecto de asalto. Los comandos entraron por ventanas y puertas. Se utilizaron medios técnicos para intentar comprobar donde podía esconderse el asesino. Al llegar al baño, el asesino salió muy armado, comenzando a disparar con una violencia excepcional. Los comandos intentaron protegerse. Al final, el asesino salió por la ventana del baño, armado con un kalaschnikov. Su cuerpo fue recogido muerto". La Policía disparó más de 300 tiros durante el asalto, precisó.
Fallida "operación de desgaste"
Durante toda la noche, la Policía llevó a cabo una operación de desgaste con el terrorista, impidiendo que éste se quedara dormido. Cortaron el gas, el agua, y la electricidad para forzar su rendición. También se optó por detonaciones como medida de presión, pero no fue posible. Según el Ministerio de Interior, se perdió el contacto con él en torno a las 22:45 horas de anoche, y esta mañana se desconocía si seguía vivo.
A primera hora de la mañana, el ministro de Interior declaró a Le Figaro que "no sabemos si está vivo o muerto. No hay ninguna señal de vida desde la noche anterior. Esperamos que siga vivo".
En torno a las 10:10 de la mañana se inició la operación de entrada en el domicilio de Merah, lo que produjo un intercambio de disparos en el que resultaron heridos tres agentes. Su diagnóstico es aún desconocido, aunque uno de ellos ha sido herido de gravedad.