Según una información publicada por Clarín recogida por Europa Press, la presidenta ha señalado las empresas españolas Compañía Internacional de Recreativos S.A. (Cirsa) y Compañía de Recreativos Españoles (Codere) como siguientes objetivos en su cadena de expropiaciones. Ambas son españolas y son líderes en el sector.
El juego en Argentina mueve del orden de 10.000 millones de euros al año, aunque no existe una contabilidad exacta al respecto. Sin embargo, Clarín señala que los concesionarios no ven con malos ojos el proceso, previo pago del resarcimiento, porque "el juego está cayendo" y "hay una retracción del 30 o 40%", aunque suene contradictorio.
El objetivo último de esta maniobra consistiría en garantizar una fuente más de ingresos "en una misma línea con lo que se planteó, que había sido el disparador de la estatización de YPF", de acuerdo con el diario, para un sector como el del juego que arroja ganancias anuales de entre 32.000 y 64.000 millones de euros, según fuentes citadas por el rotativo.
La presidenta argentina analiza volver a la propiedad estatal de los casinos y bingos, que fueron privatizados mediante concesiones públicas con Carlos Menem.
El objetivo último de esta maniobra consistiría en garantizar una fuente más de ingresos "en una misma línea con lo que se planteó, que había sido el disparador de la estatización de YPF", de acuerdo con el diario, para un sector como el del juego que arroja ganancias anuales de entre 32.000 y 64.000 millones de euros, según fuentes citadas por el rotativo.
Cirsa explota el mayor casino de Buenos Aires desde hace más de una década. El local funciona en los barcos 'Estrella de la Fortuna' y 'Princess', ambos amarrados en el puerto, y posee una parte del casino del hipódromo del barrio de Palermo.
Codere, de los españoles José Martínez Sampedro y los hermanos Jesús y Joaquín Franco, controla la mayoría de bingos de la provincia de Buenos Aires, y abrió el primer bingo en Banfield, y auspicia al equipo de fútbol de primera división.