Después de más de una hora de discurso, el presidente de la Junta Electoral egipcia, Faruq Sultan, ha hecho públicos los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, celebradas el pasado 16 y 17 de junio: ha ganado Mohamed Mursi.
El candidato de los Hermanos Musulmanes ha logrado 13.230.131 votos (el 51,73% de los sufragios), frente a los 12.347.380 cosechados por Ahmed Shafik, sucesor y último primer ministro de Hosni Mubarak, que se ha quedado con el 48,27%.
Un islamista será el primer civil en ser presidente de egipto en los últimos treinta años, después de un complicado proceso electoral que ha culminado la caída de Hosni Mubarak, ahora en coma. Además, supone una auténtica victoria para los Hermanos Musulmanes, tras mas de 80 años de semiclandestinidad y persecución.
Este doctor en Ciencia Espacial comenzó siendo un "neumático de repuesto" para la organización, pero ha logrado escalar puestos hasta convertirse en su líder, y ahora, próximo 'rais' salido de las urnas para el país del Nilo.
No obstante, tendrá que asumir una presidencia con unas funciones bastante difusas, y con una problemática relación con la Junta Militar que ha estado controlando el país hasta el momento. Tras la disolución del Parlamento -en el que los Hermanos Musulmanes también tienen mayoría- se aprobaron una serie de enmiendas que restringirán el margen de acción de Mursi, cediéndole a los militares un gran pedazo del poder en Egipto: el poder legislativo y presupuestario. Entre los gestos de Mursi, está la renuncia a su militancia en los Hermanos Musulmanes, que había prometido si conseguía la victoria.
Durante los discursos de la campaña electoral, Mursi prometió que su Gobierno incluirá a, al menos, un copto, una mujer y un representante del antiguo régimen de Mubarak. Asimismo, el islamista ha recalcado en continuas ocasiones que el suyo es un proyecto de "nahda", un renacimiento islámico que abarcará todos los ámbitos egipcios. Además, prometió derogar todas las leyes promulgadas por el estamento militar durante estos meses de regencia. Mursi se comprometió durante la campaña electoral a nombrar un primer ministro a una "figura independiente".
Pero el tránsito no será sencillo. Con una Junta Militar apegada al poder, los enfrentamientos con la cúpula castrense y su portavoz Husein Tantaui, permiten vislumbrar el inicio de otra época convulsa para Egipto: comienza la transición.
En su primer discurso a la nación, envió un mensaje conciliador. Afirmó que su propósito es gobernar para todos. Dijo que será "el presidente de todos los egipcios". Y en un mensaje dirigido a los que fueran los socios de Mubarak en la comunidad internacional, indicó que "vamos a mantener todos los acuerdos y pactos internacionales porque estamos comprometidos ante todo el mundo con la paz",.
Tahir estalla de júbilo
La victoria está siendo celebrada en la plaza Tahrir, donde miles de personas llevaban congregadas desde el martes pasado a la espera de conocer los resultados oficiales de los comicios.
Desde anoche las medidas de seguridad se han reforzado en distintos puntos de la capital como plazas, puentes, inmediaciones de instituciones públicas y vías importantes. Parecidas medidas de seguridad han sido adoptadas en todas las plazas del país en previsión de una eventual reacción negativa de los seguidores del candidato perdedor.
Funcionarios y empleados públicos del Gobierno egipcio han recibido órdenes de dejar sus trabajos y retirarse hoy a sus casas ante las posibles consecuencias del anuncio.
El anuncio de los resultados estaba previsto para el jueves pasado, pero la Comisión Electoral lo pospuso para concluir el estudio de numerosos recursos presentados por ambos candidatos.