LD (EFE) El líder gremial Diosdado Fortuna, de cincuenta años, falleció el jueves en un hospital de Calamba, a cincuenta kilómetros al sur de Manila, donde había sido ingresado después de que varios desconocidos le dispararan cuando conducía una moto camino de su casa.
La víctima, que presentaba dos impactos de bala en la espalda, acababa de abandonar las instalaciones de Nestlé en Cabuyao, donde centenares de trabajadores permanecen en huelga para exigir que la multinacional suiza respete la regulación establecida por la Corte Suprema filipina para los pensionistas.
Los trabajadores del sindicato, que agrupa a unos seiscientos miembros, han pedido justicia y acusado a la dirección de la empresa de organizar el crimen para detener el paro. En el mismo sentido se manifestó Luz Fortuna, la esposa de la víctima, que declaró que "mi marido no tenía más enemigo que la dirección de Nestlé". El director de comunicación de Nestlé, Pedro Dy, condenó el asesinato y añadió que la empresa colaborará con la policía en todo lo que sea posible para que se resuelva el hecho.