LD (EFE) Fuentes de la Casa Blanca anunciaron que el discurso del presidente George Bush en el que anunciará a los estadounidenses su nueva estrategia para pacificar Irak, que en principio estaba previsto para antes de Navidad, tendrá que retrasarse, casi con toda seguridad, a enero porque "queda mucho trabajo por hacer".
Los informantes indicaron que el hecho de que se cambie la fecha del anuncio del esperado nuevo rumbo en Irak no quiere decir que las decisiones que vaya a anunciar Bush supongan un cambio radical con respecto a la estrategia actual o que el presidente tenga dificultades para tomar esas decisiones. Simplemente, añadieron, es un proceso que requiere tiempo porque necesita una serie de "cálculos tácticos" y porque implica "asuntos de Estado" en la región.
Bush sigue dedicando prácticamente toda su agenda de trabajo a escuchar dictámenes, ideas y posibles alternativas de todos los actores implicados. Este martes se ha reunido con altos cargos militares -incluidos algunos de los que están en territorio iraquí, con quienes participó en una videoconferencia- en un acto más de los que está protagonizando en los últimos días para recabar la máxima información posible antes de fijar el que será el nuevo rumbo en Irak.
En el encuentro estaban presentes, entre otros, el todavía jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld; su sucesor Robert Gates; el jefe del Estado Mayor Conjunto, Peter Pace; el jefe del Mando Central de EEUU, John Abizaid, y, desde Irak, el comandante responsable de las tropas de EEUU en el país árabe, George Casey.
Más tarde, Bush retomó las consultas con el "número dos" del Gobierno iraquí, el suní Tarek Al-Hashemi, un gran crítico del primer ministro Nuri al-Maliki, de confesión chií. Al término del encuentro, celebrado en el Despacho Oval de la Casa Blanca, el presidente dijo que el mensaje que había trasladado al dirigente iraquí y a los ciudadanos de ese país es que "queremos ayudarles" y "queremos ayudar a su Gobierno a que sea efectivo".