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Cameron parte favorito en las elecciones más reñidas de los últimos 35 años

Más de 45 millones de británicos están llamados a votar este jueves en las elecciones más disputadas de los últimos años. Cameron lidera las encuestas, pero con miedo a no lograr la mayoría absoluta, obteniendo así un parlamento "colgado".

Más de 45 millones de británicos están llamados a votar este jueves en las elecciones más disputadas de los últimos años. Cameron lidera las encuestas, pero con miedo a no lograr la mayoría absoluta, obteniendo así un parlamento "colgado".
Brown, Clegg y Cameron | EFE

Los tres candidatos a primer ministro, el laborista y actual jefe del Gobierno, Gordon Brown, el conservador David Cameron y el liberal demócrata Nick Clegg, votarán en sus respectivos distritos antes de retirarse para esperar el recuento de las urnas.

Se espera una participación en torno al 55 por ciento, aunque el porcentaje podría ser mayor debido al gran interés que han suscitado estas elecciones por lo incierto del resultado y por el impulso mediático que supusieron los tres debates televisados.

Las encuestas más recientes sobre intención de voto pronostican que los "tories" obtendrán un 35 por ciento de los sufragios, los laboristas entre un 29 y un 30 por ciento y los liberal demócratas entre un 24 y un 26 por ciento.

Complicado sistema electoral

El Reino Unido tiene un sistema mayoritario simple a una sola vuelta, en el que cada una de las circunscripciones uninominales es ganada por el candidato que logra la mayoría simple de los votos, y si los sondeos aciertan, la Cámara de los Comunes no tendrá una mayoría absoluta, algo que no ocurre desde el año 1974.

Tres cadenas de televisión darán a conocer encuestas a pie de urna cuando cierren los colegios electorales, pero el recuento de las 649 circunscripciones en juego será lento y no permitirá asegurar un ganador hasta bien entrada la madrugada del viernes.

La Cámara de los Comunes británica (cámara baja del Parlamento) está formada por 650 diputados (533 ingleses, 59 escoceses, 40 galeses y 18 norirlandeses), pero en una de las circunscripciones -Thirsk and Malton (en el norte de Inglaterra)- no habrá elección hasta el 27 de mayo por la muerte de uno de los candidatos.

La intención del Gobierno es que durante la madrugada se conozcan los ganadores en el 96,5 por ciento de las circunscripciones, para lo que se ha encargado a 50.000 funcionarios de los Gobiernos locales participar en el escrutinio de cada colegio electoral.

Los tories, favoritos
 

Según The Guardian , los "tories" llevan una ventaja de ocho puntos a los laboristas del primer ministro , Gordon Brown, según ese sondeo, que da a los primeros un 36 por ciento, seguidos de los laboristas con un 28 por ciento y los liberaldemócratas de Nick Clegg, en tercer lugar con un 26 por ciento.

Otro sondeo para el diario The Independent y la cadena de televisión sitúa también primeros a los conservadores con un 37 por ciento y empatados con un 28 por ciento a laboristas y liberaldemócratas.

En ninguno de los casos obtendría Cameron la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes, que le habría permitido marcar la agenda sin depender del apoyo de otros partidos minoritarios como podrían ser los unionistas de Irlanda del Norte.

Una alianza táctica con los liberaldemócratas en cambio es altamente improbable , según los analistas, ya que el precio que exigirían éstos -la reforma del sistema electoral para hacerlo más representativo- sería inaceptable para los "tories".

Un resultado tal y como el que pronostican los sondeos puede terminar contentando a todos: a los tories, porque volverían al número 10 de Downing Street; a los laboristas, porque habrían logrado impedir una victoria contundente de los conservadores, y a los liberaldemócratas, porque habrían roto el tradicional bipartidismo.

El reto al que se enfrentarían los liberaldemócratas, en palabras de su líder, sería el de buscar un compromiso entre los dos mayores partidos rivales sin caer "en el mínimo común denominador " en momentos en que, debido a la crisis económica y el enorme déficit público, el país necesita una política clara y coherente.

Otra incógnita es si, una vez reconocida su eventual derrota, el hasta ahora primer ministro, Gordon Brown, querrá continuar como líder del partido o decidirá pasar el testigo a su segunda, Harriet Harman , quien encontraría a su vez oposición en algunos sectores del laborismo.

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