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Chávez no logra en Unasur el consenso para condenar las bases en Colombia

Unasur ha concluido sin consenso de cara a la aceptación o no de las bases de EEUU en Colombia y con una serie de medidas contra el terrorismo y el narcotráfico discutidas hasta el último momento. Uribe ha conseguido frenar las aspiraciones del venezolano en una cumbre llena de tensión y polémica.

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, acaparó el protagonismo de la Cumbre de Unasur, en la que el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva logró salvar el modelo de integración, pero no frenar las divisiones internas que sacuden a la región, potenciadas por el acuerdo militar entre Colombia y EEUU de la que no se logró el rechazo expreso que un beligerante Chávez defendía.

La Cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas concluyó así con la aprobación de una declaración que insta al Consejo de Defensa de la organización a diseñar medidas de fomento de la confianza y la seguridad en la región, aunque no incluye un rechazo expreso a la utilización de bases militares colombianas por parte del Ejército estadounidense que pretendía el eje bolivariano.

La declaración final de la Cumbre de UNASUR, discutida hasta el último minuto, insta a los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores de los países participantes a diseñar esta estrategia de seguridad, junto a garantías para la zona durante una reunión del Consejo de Defensa que se celebrará en septiembre.

Trapos sucios

Los intentos de Lula por evitar que las aguas se salieran de su cauce incluyeron una reunión a contrarreloj, previa a la Cumbre, con el venezolano Hugo Chávez, el más beligerante contra el acuerdo de Colombia y EEUU, para tratar de convencerle de que bajara el nivel de sus críticas y colaborara en la salvaguarda de la integración regional.

Logró sólo parcialmente sus propósitos. La Cumbre empezó en un tono tenso pero correcto y se fue complicando con ataques directos entre los presidentes durante siete horas de debate.

Tampoco logró que el colombiano Álvaro Uribe respondiera a las insistentes peticiones de sus socios de Unasur para que presentara el acuerdo cerrado con Obama. Visiblemente molesto por la decisión, adoptada a petición de Uribe, de transmitir los debates en directo, el líder brasileño terminó por perder los papeles y enfrentarse al ecuatoriano Rafael Correa, presidente en turno de la Unasur.

A Lula le preocupaba la imagen del organismo cuando los presidentes comenzaran a lavar sus "trapos sucios en público" y, efectivamente, ofrecieron un espectáculo poco alentador y por momentos ridículo.

Chávez, más moderado que en ocasiones anteriores, enarboló como arma principal de sus ataques a Uribe un informe militar de EEUU que resultó ser un documento público colgado en internet, y esquivó las acusaciones sobre la supuesta protección de Caracas a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) insistiendo en sus denuncias contra la estrategia bélica de Washington para la región.

Uribe plantó cara también a los ataques de Evo Morales, que volvió a pedir un referéndum sobre el acuerdo militar, y terminó enzarzándose con Correa por los temas pendientes que llevaron a la ruptura de relaciones entre Colombia y Ecuador en 2008.

Para la anfitriona, Cristina Fernández, "preservar la unidad era uno de los objetivos de la reunión de hoy, unidad que tal vez ponga nerviosos a algunos".

Tras su enfrentamiento con Uribe y su polémica con Lula, Correa, que se tomó muy en serio su papel de presidente en turno de la Unasur, descalificó la propuesta brasileña de pedir garantía jurídicas a Colombia sobre el uso de las bases por considerar que, en la práctica, sólo cuentan las garantías de las relaciones de fuerza equilibradas.

Entretanto, Uribe, que había advertido que no serviría como reo en el banquillo, salió más airoso de los esperado: sin presentar el acuerdo y sin una declaración final que suponga una traba significativa a su alianza con Washington.

Colombia volverá a insistir en la inocencia de su pacto con Estados Unidos en septiembre, en la reunión del Consejo de Defensa de la Unasur, que abrirá un proceso que se promete largo.

La soberanía en Colombia no está amenazada

Los instrumentos "de garantías para todos los países" deben ser elaborados de manera "complementaria" a los mecanismos existentes, en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA), indica el texto. "Estos mecanismos deberán contemplar los principios de irrestricto respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial y no injerencia en los asuntos internos en los Estados", establece.

Los países de la UNASUR instaron, además, a que estas medidas incluyan garantías contra el narcotráfico, el tráfico ilícito de armas y el terrorismo. El documento también urge al Consejo Suramericano de Defensa a que analice el texto sobre "Estrategia Suramericana. Libro blanco, Comando de Movilidad Aérea (AMC)", al que se refirió el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante su exposición en la cumbre.

Aun así, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, desmintió la veracidad de ese 'Libro Blanco', que describe una presunta "estrategia global de dominación" que comenzará en las bases militares colombianas, que podrá utilizar el Ejército norteamericano una vez que firme un polémico acuerdo con Bogotá, y aseguró que se trata de un documento académico que no tiene ninguna implicación oficial en la política de seguridad que la Casa Blanca emprenderá con respecto al convenio de cooperación militar con Colombia.

Por otra parte, insta a que el Consejo Suramericano de Lucha contra el Narcotráfico diseñe un plan de acción contra este flagelo.

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