LD (EFE) En un mensaje difundido por los medios peruanos, el ex presidente de Perú, Alberto Fujimori, ha explicado que aceptó la invitación del Nuevo Partido de los Ciudadanos (Kokumin Shinto) para convertirse "en un nuevo puente de colaboración" entre el Japón y el Perú.
"El hecho de recibir una invitación de esa magnitud viniendo de una nación tan grande e importante como Japón, es un gran honor", dijo el ex mandatario, hijo de japoneses y quien vivió en ese país entre 2000 y 2005 tras fugarse de Perú y amparado en su doble nacionalidad.
Desde Santiago, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, dejó claro que "la Justicia va a cumplir su papel y probablemente en breve plazo", al ser preguntada si la nueva situación de Fujimori podría afectar el proceso. Bachelet coincidió con su ministro portavoz, Ricardo Lagos Weber, quien reiteró que "el gobierno sólo se debe ocupar de que se cumplan las normativas internas y las resoluciones judiciales". En tanto, el ministro chileno de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley, entiende que "la candidatura no genera ninguna inmunidad".
El presidente peruano, Alan García, se limitó a comentar que la decisión de Fujimori es una "maniobra que decepciona a sus seguidores". Sólo agregó que el proceso de extradición "está en manos de la Corte Suprema de Chile y la del Perú".
Palabras más duras provinieron del líder nacionalista peruano, el ex comandante Ollanta Humala, quien en 2000 lideró una sublevación contra el ex mandatario y este jueves dijo que la decisión "confirma que Fujimori es un cobarde y un renegado".