La nacionalización de los derechos televisivos de la liga de fútbol ha sido la mayor polémica política de las últimas semanas en Argentina, un proceso que ha terminado con un acuerdo entre el Gobierno y la asociación de clubes de fútbol, AFA, en virtud del cuál los derechos para la televisión de los equipos son propiedad del Estado y los partidos se emitirán en abierto.
El acuerdo, que costará a los argentinos 600 millones de pesos por año (cerca de 110 millones de euros) se ha interpretado en círculos políticos y periodísticos como una maniobra para deteriorar a los hasta ahora poseedores del los derechos, el Grupo Clarín, una de las empresas periodísticas más importantes del país que mantiene una relación difícil con el matrimonio Kichner.
En este contexto, la presidenta ha justificado el acuerdo de una forma, cuanto menos pintoresca, comparando el hecho de que los partidos no se emitan en televisiones con los secuestrados y asesinados por la dictadura:
Las palabras se pronunciaron en el mismo acto de firma del acuerdo, en el que la presidenta estaba acompañada por Julio Humberto Grondona , el polémico presidente de la AFA, y de Diego Armando Maradona ."Hemos dado un paso adelante en la democratización de la sociedad argentina. Solamente el que pueda pagar, puede mirar un partido de fútbol es injusto. Porque secuestran las imágenes, secuestran los goles, secuestran los derechos. Como antes secuestraron y desaparecieron a 30.000 argentinos".