La primera referencia del periódico oficial del Partido Comunista al disidente Guillermo Fariñas, ha sido para descalificarle, insultarle y advertirle que lo que ocurra si continúa con la huelga de hambre tendrá "consecuencias de su entera y única responsabilidad".
Granma acusa al disidente con los mismos descalificativos trasnochados, que lleva repitiendo cuarenta años a aquél que se atreva a cuestionar su dictadura: Fariñas es un "contrarrevolucionario", un "vendepatrias", "antisocial", "violento", "subversivo", "anticubano", "apátrida", "mercenario", "agente al servicio de Estados Unidos"...
El órgano del partido comunista desarrolla una auténtica película de espías y conspiraciones, a la que también nos tiene acostumbrados. El artículo titulado Cuba no cede a chantajes ni presiones narra una supuesta hoja delictiva de Fariñas, que se resume en que más que "un espía al servicio de Estados Unidos" que recibe "instrucciones, dinero y abastecimientos de las sedes diplomáticas europeas que dirigen la subversión en Cuba". Además, trata de explicar los motivos de su ingreso en prisión que claramente achaca al "claro desajuste de su personalidad".
Cuba está en posesión de la verdad, y lo que difunden "los medios occidentales de prensa" es una "metira prefabricada. Así responden a los intereses imperialistas contra nuestro país" asegura Granma. Con "titulares malintencionados se esmeran en orquestar una campaña en favor del contrarrevolucionario" apostilla el diario comunista.
A pesar de la larga lista de delitos falsos, insultos gratuitos, y graves desacalificaciones que le dedica al preso político, Cuba asegura que siempre ha hecho "múltiples esfuerzos de nuestros profesionales de la salud por asistir a esa persona". Incluso, llega más allá: "Si hoy está vivo, hay que decirlo, es gracias a la atención médica calificada que ha recibido sin importar su condición de mercenario".
Pero, la pobrecita dictadura no puede hacer más por él porque "existen principios bioéticos que obligan al médico a respetar la decisión de una persona que ha decidido iniciar una huelga de hambre" y continúa "por tanto, de ningún modo puede forzársele a ingerir alimentos, como hacen cotidianamente las autoridades norteamericanas en las cárceles y centros de tortura de Guantánamo, Abu Ghraib y Bagram, en violación de los derechos de los detenidos".
Incluso, se permite impartir clases médicas para justificar el modo en el que está dejando morir a Fariñas: "La medicina solo puede actuar cuando el paciente ha entrado en shock, fase en que como regla resulta tarde , pues el ser humano está en los límites de la supervivencia, lo que se llama punto de no retorno" reconciendo que "el organismo de Fariñas se encuentra en un proceso de deterioro notable".Fariñas: "Es reconocimiento tácito de que me van a asesinar"
Por su parte, el disidente cubano Guillermo Fariñas asegura que esta nota en Granam "es el reconocimiento tácito" de que el Gobierno lo va a asesinar.
"Para mí, es un honor que el gobierno me asesine delante de toda la opinión publica internacional y nacional (...) y el error es que lo están manteniendo de manera pública" ha dicho Fariñas. La información publicada sobre los supuestos delitos cometidos por él, el disidente asegura que es una mezcla de "verdades y mentiras" y que él refuta "cualquier tipo de acusación respecto a eso".
" Reconozco que nací en un barrio marginal . Podrán poner en las computadoras todo lo que quieran. Pero nos sentimos orgullosos que se sientan con miedo por mi actitud y aprovecho para llamar a la oposición pacifica a no salir a las calles , porque pueden ser provocaciones para achacarnos delitos", agregó.
Fariñas reiteró que seguirá la huelga de hambre y sed hasta las últimas consecuencias, y que su protesta "no es un suicidio", sino "una petición lógica y humanitaria para que 26 presos políticos enfermos sean puestos en libertad".
" Estamos frente a los últimos días de mi vida , porque la orden está dada y en Granma está la justificación", aseguró.
Además, el disidente ha rechazado el exiliarse en nuestro país como le ha ofrecido el Gobierno, porque según asegura: "Cuba le pidió a España que me acogiera". Carlos Pérez-Desoy, consejero político de España en La Habana, visitó a Fariñas en su casa de Santa Clara, y le hizo el ofrecimiento.
"Hicimos una contrapropuesta: que saquen a los 26 que se están muriendo . Ese día yo dejaré la huelga y volveré a ser periodista independiente (...) Ahora no pensamos abandonar el país (...) Seguiré hasta las últimas consecuencias", dijo Fariñas.