LD (EFE) La retirada israelí de los altos del Golán y el apoyo sirio a organizaciones terroristas palestinas como Hamas o libanesas como Hezbolá son las manzanas de la discordia en las negociaciones de paz que han iniciado Siria e Israel, con la mediación de Turquía. Las conversaciones seguirán el principio instaurado en la Conferencia de Madrid, de 1991, de "paz por territorios".
Los altos del Golán, una meseta basáltica de 1.158 kilómetros cuadrados están situados en la provincia siria de Kuneitra, a cincuenta kilómetros de Damasco, y ubicados en la frontera entre Siria, Israel, el Líbano y Jordania. En ese territorio viven unos 18.000 judíos, repartidos en 32 asentamientos, y 17.000 drusos. La agricultura y, sobre todo, el cultivo de la manzana, son su principal fuente de riqueza.
Aunque el primer encuentro entre israelíes y sirios tuvo lugar en octubre de 1991 bajo el Gobierno israelí de Isaac Shamir, fue el laborista de Isaac Rabin (1992-1995) el primero en abordar un eventual repliegue de la meseta. Sin embargo, el acercamiento al régimen sirio de Hafez el Asad, padre del actual presidente, quedó suspendido con el asesinato de Rabin y la posterior llegada al Ejecutivo israelí de Benjamín Netanyahu (1996-1999).
La llegada del laborista Edhud Barak al Gobierno en 1999 pareció devolver la esperanza a los sirios, si bien nunca se llegó a alcanzar un compromiso por ninguna de las partes. Con los posteriores gobiernos israelíes tampoco prosperaron las negociaciones, que se interrumpieron en enero de 2000.
Apoyo al terrorismo
El otro contencioso entre ambos países se centra en el apoyo prestado por Siria a organizaciones terroristas palestinas y libanesas como Hamas, la Yihad Islámica o Hezbolá que tienen oficinas políticas en Damasco. Las autoridades sirias las denominan "grupos de resistencia".
La crisis y consiguiente estado de guerra que se desató en julio de 2006 entre Israel y el Líbano, que provocó bombardeos de la artillería israelí contra el país de los cedros en repuesta al secuestro por parte de Hezbolá de dos soldados israelíes, salpicó a Siria acusada por el Estado hebreo de ser la última responsable de la captura de los soldados y de intentar trasladarlos a territorio sirio. Por ese motivo, aviones israelíes bombardearon la carretera que une Damasco con Beirut. La tensión volvió el 7 de septiembre de 2007 cuando cazas israelíes volvieron a violar el espacio aéreo sirio para atacar supuestas instalaciones nucleares en este país.