L D (EFE) Tras una reunión en la Casa Blanca, Bush describió el escudo antimisiles como "un símbolo de nuestro deseo de trabajar en favor de la paz y la seguridad".
El presidente de EEUU agregó que el sistema protegerá a Europa de riesgos que "puedan surgir de partes del mundo donde a sus líderes no les gusta nuestro modo de vida y están en proceso de intentar desarrollar armas de destrucción masiva".
El mandatario polaco, por su parte, afirmó que el proyecto tiene como fin "defender nuestras democracias contra los países que pueden hacerse con o tienen ya armas nucleares o de destrucción masiva. Es un sistema defensivo".
Estados Unidos asegura que el sistema, que verá el despliegue de una base de radares en la República Checa y diez interceptores de misiles en Polonia, está pensado para posibles casos de ataque por parte de países como Irán.
Rusia, por su parte, ya ha advertido que la puesta en marcha del escudo podría desatar una nueva carrera armamentista. Y como muestra, un botón.
El sábado, el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, que anteriormente había amenazado con apuntar sus misiles hacia Europa, anunció que en 150 días abandonará el Tratado de Fuerzas Convencionales en Europa (FACE). Todo ello para, en su opinión, hacer frente al sistema defensivo que se implantará en países que habían sido satélites de la URSS.