Menú

Orden de ataque sobre Libia

El Consejo de Seguridad da el visto bueno al despliegue militar. El Gobierno español ha manifestado en repetidas ocasiones su disposición a participar.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este jueves una resolución que autoriza el uso de la fuerza para proteger a la población civil libia de los ataques de las fuerzas de Muamar el Gadafi y detener su ofensiva contra los rebeldes alzados contra su régimen.

La abstención de Rusia y China, los dos miembros permanentes que podrían haber vetado la medida, permitió la aprobación de la resolución, auspiciada por Francia, Reino Unido y EEUU, entre otros, que permite la imposición de una zona de exclusión aérea.

Brasil, India y Alemania también se decidieron por la abstención, mientras que el resto de los 15 integrantes del máximo órgano de seguridad le dieron el visto bueno. "Hoy el Consejo de Seguridad ha respondido al grito de ayuda del pueblo libio", valoró la embajadora de EEUU ante la ONU, Susan Rice, después de la votación.

La resolución adoptada autoriza a los Estados miembros y a organizaciones regionales como la OTAN a tomar "todas las medidas necesarias" -lo que incluiría ataques aéreos- para "proteger a los civiles y las áreas pobladas por civiles y que están bajo ataque en Libia, incluida Bengasi", el bastión de los rebeldes, en la mira de las tropas de Gadafi.

También establece una zona de exclusión aérea sobre territorio libio, aunque excluye la presencia de "fuerzas de ocupación extranjeras" en el país magrebí.

El ministro de Exteriores de Francia, Alain Juppé, que asistió a la votación, señaló que la comunidad internacional debe actuar para evitar que el régimen libio aplaste "la voluntad de su pueblo".

"No podemos abandonar a la población civil y las víctimas de la represión brutal, no podemos permitir que se derribe la legalidad y la moralidad internacional", afirmó el jefe de la diplomacia gala, quien aseguró que Francia está dispuesta a actuar con rapidez "junto a nuestros socios y los países árabes" para poner en práctica la resolución.

El representante libanés, Nawaf Salam, el único país árabe en el Consejo, consideró que las autoridades libias "han perdido toda su legitimidad" y resaltó que la resolución excluye la posibilidad de una ocupación militar.

"La resolución toma en cuenta la causa del pueblo del Libia y pretender acabar con los crímenes atroces en contra del pueblo que cometen las autoridades libias", apuntó el embajador del Líbano, que, junto a Francia, Reino Unido y EEUU, impulsó el documento.

En contraste, para Rusia las medidas aprobadas sobrepasan la solicitud de la Liga Árabe del pasado sábado de establecer una zona de exclusión aérea y abre una "puerta a una intervención militar a gran escala".

"Hay que tener en cuenta las consecuencias humanitarias del uso de fuerza extranjera en Libia. No sólo la población libia puede sufrir, sino toda la región del norte de África y Oriente Medio", consideró el embajador de Moscú ante la ONU, Vitaly Churkin.

En la misma línea, el embajador germano ante la ONU, Peter Wittig, dijo que se abstuvo porque "vemos el peligro de estar involucrados en un conflicto militar que podría afectar a una región más amplia", pese a que apoya "completamente" el reforzamiento de sanciones económicas y financieras que contempla la resolución.

Igualmente, Brasil indicó que la resolución va más allá de la petición de protección aérea de la Liga Árabe, aunque dejó claro que su abstención no se puede leer como una condonación de las acciones del régimen libio.

El representante de Colombia, Néstor Osorio, rechazó algunos de estos argumentos al señalar que "sin la autorización para que los Estados miembros utilicen todas las medidas necesarias, la creación de una zona de exclusión aérea sería simplemente una ilusión". "Gadafi ya ha tenido tiempo suficiente para detener la violencia contra los civiles", agregó.

El documento también endurece el embargo de armas a Libia y refuerza las sanciones impuestas el mes pasado a Gadafi y a su círculo más cercano de colaboradores, además de incluir medidas para evitar el uso de mercenarios por parte de Trípoli.

El embajador adjunto de Libia ante la ONU, Ibrahim Dabashi, señaló que la acción de hoy demuestra que el pueblo libio "no está solo".

"También es un mensaje al coronel Gadafi y los que le apoyan de que no hay lugar para las dictaduras", agregó el diplomático, que se rebeló contra Trípoli y representa a la oposición.

La resolución del Consejo de Seguridad fue recibida con una explosión de júbilo en Bengasi, donde miles de personas concentradas en una céntrica plaza estallaron en gritos de júbilo y lanzaron fuegos artificiales.

EEUU se prepara

Estados Unidos se prepara para hacer efectiva la zona de exclusión aérea en Libia que aprobó hoy el Consejo de Seguridad de la ONU y tomar las "medidas necesarias" para proteger a la población civil.

Una vez aprobada la resolución de la ONU, con diez votos a favor, cinco abstenciones y ninguno en contra, Estados Unidos ha desplegado la maquinaria diplomática para lograr la alianza de algunos países Árabes para ayudar a los rebeldes entre los que podrían estar Jordania, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.

La resolución establece que los Estados miembros de la ONU pueden adoptar "todas las medidas necesarias" -lo que incluiría ataques aéreos- para "proteger a los civiles y las áreas de pobladas por civiles bajo ataque en Libia, incluida Bengasi".

Tras semanas de debates internos, EEUU se mostró partidario hoy de una zona de exclusión aérea en Libia, mientras las tropas de Muamar el Gadafi se acercaban a las puertas de Bengasi, el bastión de los rebeldes.

Después de una semana repitiendo que "todas las opciones están sobre la mesa", la secretaria de Estado, Hillary Clinton, fue clara al afirmar que su país intentaba "convencer" al Consejo de Seguridad de la ONU para que autorizara nuevas acciones contra el régimen de Gadafi, incluida "la imposición de una zona de exclusión aérea".

Tras frenéticos contactos diplomáticos con los países árabes, la secretaria estadounidense recordó que la Liga Árabe "dio luz verde" a la organización internacional para adoptar una decisión sobre Libia.

La ONU negoció a marchas forzadas la resolución que al mismo tiempo, excluye la presencia de "cualquier fuerza de ocupación extranjera de cualquier tipo, en cualquier parte del territorio libio".

Estados Unidos no había manifestado abiertamente su opinión sobre la zona de exclusión, un tramo del espacio aéreo en el que las operaciones aéreas sólo están permitidas a las fuerzas de la ONU. Las violaciones del espacio aéreo serán detenidas por medidas de defensa aérea o mediante el uso de cazas.

En las ultimas semanas, el presidente, Barack Obama, y la Casa Blanca se habían limitado a indicar que la zona de exclusión aérea era una de las opciones que se estudiaban.

El secretario de Defensa, Robert Gates, pareció mostrarse reacio en un momento dado al indicar, en una comparecencia en el Congreso, que poner en marcha una iniciativa así conllevaría bombardear las defensas antiaéreas libias y equivaldría a un acto hostil.

En los últimos días, sin embargo, ante la gravedad cada vez mayor de la situación el Gobierno estadounidense ha ido apuntando a un cambio de posición, que se confirmó hoy con las declaraciones de la secretaria de Estado y su "número tres".

En una comparecencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU, el subsecretario para asuntos políticos del Departamento de Estado, William Burns indicó que Washington apoyaba cualquier medida internacional para solucionar la crisis libia excepto la presencia militar.

Burns daba así una señal de que su país había cambiado de posición y apoyaba la imposición de una zona de exclusión aérea para proteger a los rebeldes.

El subsecretario indicó que su país quería lograr "rápidamente" una "resolución de peso" del Consejo de Seguridad de la ONU, para poder actuar rápidamente ante el desarrollo de los hechos sobre el terreno.

Una de las preocupaciones del Gobierno estadounidense es la posibilidad de que Gadafi retome el "terrorismo y el extremismo violento" al que renunció en 2006, junto a su programa de armas de destrucción masiva, en una iniciativa que valió entonces el restablecimiento de relaciones diplomáticas con EEUU.

"Es un peligro muy real, si Gadafi se impone, el que retome el terrorismo y el extremismo violento", dijo Burns, algo que podría "contribuir a la desestabilización en la región".

En Libia, dos batallones de fuerzas leales al líder libio, con apoyo de mercenarios, lanzaron hoy un ataque contra el enclave petrolero de Briqa, a unos 70 kilómetros al oeste de Bengasi, y han tomado parte de la ciudad y el aeropuerto, informó Al Yazira.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios
    Acceda a los 12 comentarios guardados