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El embajador dice que las filtraciones sobre España "no reflejan" la opinión de EEUU

El embajador estadounidense en Madrid, Aland D. Solomont, ha asegurado que los cables diplomáticos que hacen relación a España publicados por Wikileaks "no reflejan ni la opinión de los líderes" norteamericanos "ni la política nacional" de EEUU.

"Sabemos que los cables diplomáticos, por su naturaleza, son informes y análisis incompletos y subjetivos de cuestiones que pueden contribuir al proceso de elaboración de políticas en Washington pero no reflejan ni la opinión de los dirigentes de mi país ni la política nacional", ha asegurado Solomont en un comunicado.

El embajador, que ha calificado a España de "aliado estratégico clave", ha expresado su "confianza en que la publicación de información presuntamente obtenida de cables del Departamento de Estado por Wikileaks no perjudicará las excelentes relaciones entre España y Estados Unidos".

En este sentido, ha asegurado que dado que los dos países tienen "una importante agenda de cooperación basada en intereses y valores compartidos", "no nos distraeremos por lo que frecuentemente equivale a distorsiones y cotilleos extraídos de cables".

Solomont, que reconoce que no es diplomático de carrera, rechaza "cualquier sugerencia" de que en los contactos que él o el personal de la Embajada han mantenido con las autoridades españolas, políticos y empresarios, entre otros, "les tratemos de otro modo que no sea con gran respeto y consideración".

"Esa simplemente no es la forma en la que realizamos nuestra tarea", ha subrayado, considerando que la posibilidad de que la filtración de estos documentos perjudique las relaciones bilaterales es "pequeña".

Por otra parte, al igual que ya hiciera la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el embajador no ha querido confirmar si los documentos proceden realmente del Departamento de Estado y ha expresado la preocupación de Washington de que estos hayan podido ser "robados de los sistemas de información clasificada".

Asimismo, ha condenado la "publicación ilegal" de estos informes puesto que con ello "se pone en peligro la vida de personas, se amenaza a nuestra seguridad nacional y se minan nuestros esfuerzos para trabajar con otros países para resolver problemas compartidos". Así pues, según él, lo ocurrido constituye "un ataque contra la comunidad internacional".

"No se debería permitir y no se permitirá que interfiera en el importante trabajo que hacemos junto a nuestros aliados para promover la paz y la seguridad, apoyar la democracia y el desarrollo, prestar asistencia humanitaria y promover la prosperidad económica", ha remachado.

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