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El eurodiputado acusado por la prensa recalca que no cobró, pero admite su ingenuidad

Pablo Zalba no mordió la manzana que le tendieron unos reporteros haciéndose pasar por lobistas, pero algunos compañeros le reprochan su "torpeza".

El diputado más joven del equipo del PP español en la Eurocámara, Pablo Zalba, se enfrenta estos días al bochorno de verse salpicado por una historia de corrupción política a pesar de no haber violado ninguna norma parlamentaria. "No es agradable –reconoce Zalba a Libertad Digital-, pero yo sigo tan tranquilo".

"No he hecho nada malo", asegura enfático como toda respuesta al video publicado por el semanario británico Sunday Times en el que aparece siendo tentado con 100.000 euros a cambio de favores parlamentarios. La trampa se la tendieron a él y otra decena de eurodiputados tres miembros de un equipo de investigación que, haciéndose pasar por lobistas, pusieron a prueba la rectitud de los representantes de los ciudadanos. Algunos, seducidos por el negocio redondo de recibir dinero a cambio de modificar una directiva a gusto de los grupos de presión, picaron el anzuelo, y dos de ellos –uno conservador y otro socialista- se vieron obligados a dimitir esta semana. Un tercero se aferra a su escaño, a pesar de haber sido expulsado de su grupo político.

El caso de este pamplonica recién aterrizado en política es distinto. Por eso, y después de que Zalba movilizara a un equipo de abogados en Londres, el Sunday Times no llegó a publicarlo el domingo pasado, como había previsto. Los servicios jurídicos de la publicación enviaron una carta a Pablo Zalba en la que reconocen que el diputado "claramente no aceptó" el trato que le estaban planteando.

Pero Zalba se reunió una segunda y una tercera vez con los falsos lobistas. E incluso presentó una de las enmiendas que le plantearon, después de que un asesor del partido le diera su visto bueno. "Intento no firmar ninguna enmienda que no me haya estudiado cuidadosamente", dice el eurodiputado sin saber que estaba siendo filmado.

Lo que Zalba interpreta como "cortesía", sin embargo, roza lo sospechoso en una persona a la que están insistiendo para traficar con su influencia. Zalba rechaza la oferta, pero mantiene el tono amable y hasta se deshace en excusas (les llega a decir que se presenta a las elecciones autonómicas en mayo cuando no es cierto). "No le di importancia, la verdad", dice el eurodiputado, dejando en evidencia, al fin, su pecado. "Quizá fui ingenuo", admite.

"Bronca de padre"

El asunto inquieta entre las filas populares del Parlamento Europeo. Ernst Strasser, uno de los eurodiputados protagonistas del escándalo que acabó dimitiendo, era un destacado miembro del partido conservador austriaco y había sido ministro de Interior.

Además, con la sombra de la corrupción planeando sobre el partido en Valencia, los eurodiputados extreman las cautelas en un mundo donde, como reconocen fuentes parlamentarias, "a veces cuesta distinguir donde están los límites". Por eso, en la reunión interna del partido, además de encendidas palabras de apoyo, también se oyeron voces de reproche. "Si alguien intenta sobornarte, no te vuelves a reunir con él dos y hasta tres veces", habría dicho el eurodiputado Alejo Vidal-Quadras, según una fuente popular.

Pero Zalba zanja la polémica asegurando que el veterano vicepresidente del Parlamento Europeo le amonestó por su bien. "Fue más una bronca de padre", matiza Zalba, que no quiere oír ni hablar de división en el seno de su partido.

La historia corre ya por periódicos y televisiones –en parte, por la activa publicidad que ha hecho del tema un corresponsal del diario británico entre los reporteros españoles en Bruselas-, pero Zalba no teme por su reputación. Este alumno aventajado de la Universidad de Navarra y la London School of Economics que, sin embargo, entró en política hace menos de dos años, asegura que "de todo se aprende" y saca en claro el apoyo de todo su partido. El presidente del grupo popular en la Eurocámara, el francés Joseph Daul, tomó la palabra en la última reunión interna para defender la "honestidad" del pamplonica.

Sin embargo, el precedente de los anteriores eurodiputados que sí accedieron, unido a que presentó una de las enmiendas que le sugirieron, ha manchado la trayectoria del diputado, que en estos casi dos años de legislatura ha trabajado activamente. La Sexta se permite incluso adivinar sus intenciones. "Zalba no cobró, pero hizo lo que le pedían, probablemente con la esperanza de recibir su ansiado premio", reza en la web de la televisión, donde no se citan más fuentes que El Mundo y el semanario británico. 

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