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El Parlamento Colgado, una rareza en la política británica

La ley electoral británica, por la que el ganador en cada distrito se queda con el único escaño en juego en circunscripción electoral, es raro que se den situaciones como la que han alumbrado las elecciones de este jueves: parlamentos sin mayoría absoluta o, como dicen allí, Hung Parliament.

Extraño y, quizá por esa falta de tradición en el pacto, poco operativo: la última ocasión en la que ocurrió algo similar fue en 1974, hace ya 36 años, cuando el laborista Wilson se quedó muy cerca de la mayoría absoluta pero sin alcanzarla, con sólo 301 escaños. Su competidor torie intentó pactar con los liberales, pero finalmente fue Wilson el que formó un gobierno en minoría. Sin embargo, sólo unos meses más tarde hubo que repetir las elecciones, que entonces Wilson sí ganó con mayoría.

El anterior precedente se remonta nada más y nada menos que a 1929, con una configuración similar, en cuanto a las cifras, a la que parece que va a resultar de estas elecciones 81 años después: 289 escaños para el principal partido, que entonces fue el Laborista; 260 para los conservadores y 59 para los liberales.

En el actual parlamento británico la mayoría absoluta está en 326 escaños, pero en la práctica un gobierno podría gobernar de una forma razonablemente estable con algo menos, ya que los diputados del Sinn Fein norirlandés no juran lealtad a la corona y, por tanto, no pueden votar.

En estas elecciones los de Gerry Adams podrían llegar a 5 diputados y, por tanto, el número de representantes en la Cámara de los Comunes nunca sería superior a 645 y la mayoría suficiente para ganar las votaciones se quedaría en 323. Aún así, ni la suma de Laboristas y Liberales ni la de los Conservadores con los unionistas de Irlanda del Norte (que han obtenido 8 escaños) servirían para dibujar una mayoría estable.

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