Rice pasó así a ser "la primera mujer de raza negra que se convierte en secretaria de Estado. Hoy es un día de orgullo para esta cámara", declaró Frist. Sin embargo, la candidatura ha recibido el mayor número de votos en contra en la confirmación de un secretario de Estado desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Asimismo, los votos en contra casi duplican a los obtenidos por quien hasta ahora tenía el récord, Henry Kissinger, que en 1973 recibió siete sufragios de rechazo a su nombramiento. El nombramiento de Rice se produjo tras un debate de nueve horas en el pleno el martes y una más este miércoles, en el que la minoría demócrata acusó a la alta funcionaria de haber inducido al engaño a los estadounidenses con sus argumentos para defender la guerra.
En una rueda de prensa, el presidente de EEUU, George W. Bush, defendió también este miércoles el nombramiento de Rice y expresó sus ganas de colaborar con ella en la democratización de Irak y Afganistán y la "diseminación de la democracia" en el mundo. La nueva secretaria de Estado es una de las confidentes más cercanas del presidente y durante su audiencia de confirmación defendió punto por punto la doctrina de Bush en política exterior.
Por otro lado, el Comité Judicial del Senado de Estados Unidos respaldó en una votación muy reñida la confirmación de Alberto Gonzales como próximo fiscal general de este país, informaron fuentes legislativas. Gonzales recibió diez votos a favor y ocho en contra.
Pese a la objeción de los demócratas por lo que consideraron como falta de transparencia en las respuestas de Gonzales respecto a la tortura de detenidos en Irak, la confirmación pasó a la votación definitiva en el pleno del Senado. Una vez confirmado en el cargo por el Senado, Gonzales, de origen mexicano, se convertirá en el primer hispano que llega a encabezar la Secretaría de Justicia, uno de los cuatro principales ministerios del Gobierno estadounidense.
En referencia a este nombramiento, durante la rueda de prensa, el presidente George W. Bush afirmó que Estados Unidos condena el uso de la tortura, e instó al Senado a confirmar el nombramiento de Gonzales, por entender que "será un gran fiscal general".
Gonzales despertó pasiones como ningún otro nombramiento del Gobierno, ya que fue elogiado por los republicanos y por las principales organizaciones hispanas, pero fue vilipendiado por grupos defensores de los derechos humanos.